La Audiencia Provincial de Zamora dejó ayer visto para sentencia el juicio contra J.G.V., acusado de falsificación de documento público a quien la fiscal y la acusación particular achacan un engaño a sus abuelos. Según declaró la abuela en el juicio, J.G.L., le dio a su nieto una bodega en el pueblo, Fuentespreadas, y el joven insistió en que firmaran unos papeles para documentar el traspaso, lo que aprovechó para engañarles y hacer que firmaran también la venta de 40 hectáreas de terreno. Posteriormente los abuelos vendieron a uno de sus hijos, tío del joven, T.G.G. esas mismas tierras, lo que motivó la denuncia de éste, al considerar que eran ya suyas, ya que había pagado 60.000 y 74.000 euros en mano además de 35.000 por en banco, cantidad que fue devuelta por la abuela. El tío refrendó esta versión.

Sin embargo tanto J.G.V. como su padre, J.M.G.G. explicaron que fue el joven el que compró las tierras, lo que provocó el enfado del tío T.G.G., quien influyó sobre su madre para que declarara que le había engañado para firmar los documentos. Fue la razón por la cual la madre devolvió el dinero y aceptó el de su otro hijo, quien escrituró las tierras a su nombre.

Los magistrados deberán determinar quién tiene razón y si hubo o no falsificación de la firma, hecho por el que el nieto se enfrenta a la petición del fiscal de 4 años de cárcel frente a la petición de libertad sin cargos de la abogada defensora.