El pintor Enrique Reche comparte con el público zamorano sus últimas creaciones pictóricas hasta el día 27 en la galería de arte Espacio 36.

Nuevamente expone en la ciudad.

–Regreso a Zamora con una exposición individual tras la efectuada en diciembre de 2018, aunque durante este tiempo he participado en algunas de las colectivas que ha organizado el galerista Ángel Almeida. Creo que tres años es el tiempo idóneo para ver el proceso de los cambios que surgen en la obra de cualquier pintor.

–En las piezas exhibidas se aprecian tres series. Háblenos de ellas.

–Los motivos de estas tres series son los que realmente hacen que se diferencien. Creo que la clave de la composición es que existe cierta coherencia entre las tres. He optado por las series porque un pintor tiene que sentirse cómodo con lo que haga en el caballete.

–Una de las primeras propuestas corresponde a unos bodegones protagonizados por frutas.

–Regreso a esta temática porque siempre me han seducido las frutas en su temporada. En esta ocasión lo que he hecho es abrir el fruto y plantearlo en la composición, algo que había hecho pocas veces. Me ha interesado mucho poder pintar lo que hay en el interior de los frutos.

–Los fondos que plantea no tienen la importancia del motivo ¿por qué?

–Los fondos que he planteado en estas obras son la búsqueda del color y nada más. No me preocupo de nada más en ese espacio porque el motivo en sí tiene fuerza como para distraer al espectador en los fondos, donde antes solía incluir restos de tarros sobrepuestos. La inclusión de elementos siempre despista. En mi opinión con el buen trabajo de un simple motivo el espectador puede en su cabeza situarlo.

–¿Qué nos puede comentar de la serie de flores?

–He disfrutado mucho pintando esa serie porque me parecen motivos muy bellos. Todas las flores están pintadas en un formato idéntico, en el mismo punto dentro del cuadro y en las mismas dimensiones. Me parece interesante elevar el motivo. No lo presento ni en el centro ni en la parte inferior que puede ser más tradicional, pues me resulta compositivamente interesante.

–Presenta piezas donde exhibe un gran dominio del color, como, por ejemplo, en un atractivo clavel reventón.

–Quizá esa pieza visualmente es la menos atractiva por es monocromático, pero es la que más trabajo ha llevado porque tiene muchísimos matices. Disfruté mucho haciéndola y la gente que sigue mi pintura y ha visto al completo la serie piensa que es la mejor obra de la serie. Dedico una serie a la flor porque mi mujer es una obsesionada de las flores, las tiene muy cuidadas y tienen una gran belleza con la luz del verano. Todo eso me llevó a llevarlas al papel. Es un formato grande muy cómodo para pintar y para recrearme en el detalle.

–La flor también está presente en unas pequeñas acuarelas.

–Me gusta recrearme en manchas de primera intención que posteriormente replanteo. Hice un ejercicio personal con la rosa roja en formato cuadrado que me gustó tanto que quise hacer un díptico. Uno lo protagoniza una rosa roja y otro una rosa amarilla con el mismo espacio compositivo.

–La madera también está presente como temática en sus obras.

–Presento una serie de engarzados, unas maderas secas con unas placas de hierro. Esta serie tiene 14 cuadros distintos, pero lo que tengo sobre madera eran los dos que se exhiben y los incluí porque tiene coherencia con el tronco de árbol muerto de gran tamaño.

–Para Enrique Reche, ¿resulta importante transmitir belleza?

–Sí porque la belleza siempre gusta. Si sabes extraer la belleza de detalles que pasan desapercibidos para la gente y tú das las claves en tu trabajo para que repare en ese detalle preciosista, estamos dando un poco de luz al espectador, abriéndole los ojos para que encuentren en cosas bonitas nuevos detalles.