El profesor Javier Puerto defendió en Zamora, durante su intervención en el Congreso de Historia de la Veterinaria, el papel de España en la conquista de América, que originó un intercambio casi siempre beneficioso para ambas partes en términos de cultura, animales o plantas, aunque inevitablemente también con sus partes perjudiciales, como en el caso de las enfermedades.

“Mi conferencia versa fundamentalmente los intercambios que hubo con América en todos los ámbitos y como estamos en un Congreso de Historia de la Veterinaria, en el ámbito animal. Siempre da la sensación de que los españoles solo se trajeron cosas de América y no es en absoluto cierto. Los caballos, los cerdos, las vacas, las gallinas, los toros, todo lo que ahora mismo parece que es puramente americano y forma parte de su riqueza ganadera fue llevado allá por los españoles”.

Lo mismo pasa con “muchas plantas, porque hubo un intercambio tremendo, desde el maíz que trajimos nosotros a cosas que parecen americanas, como la caña de azúcar, el arroz o los plátanos, que los llevamos nosotros allí. Y parte de lo que nosotros consideramos ahora dieta mediterránea lo trajimos de allí, como los tomates, los pimientos o el maíz. Pero también les llevamos el trigo y verduras de huerta, como las berenjenas, cosas que a su vez recogimos de la herencia árabe”.

Fue, en definitiva, “un absoluto intercambio que en la actualidad algunos historiadores sobre todo americanos lo consideran un desastre ecológico y fue todo lo contrario. Hay que recordar que ellos estaban en la Edad de Piedra: no conocían ni la rueda ni tenían ningún animal con el que poder labrar, lo hacían todo a pura fuerza de los esclavos, que España nunca hizo”.

Un intercambio más duro y menos agradable fue el de las enfermedades. “Nosotros llevamos, a eso se debía especialmente la caída demográfica, la gripe, todas las enfermedades infantiles que ellos no tenían, como la rubeola, las paperas, la varicela o el sarampión y llevamos también la viruela que causó unas mortandades impresionantes porque ellos no la tenían. Pero nos trajimos la sífilis. Hay una discusión sobre si había sífilis en Europa antes de la conquista de América o no y no soy capaz de dar un veredicto certero. Lo que si puedo decir es que cuando se llegó a América ya no había sífilis. Y fueron las tropas francesas las que transmitieron la sífilis por toda Europa, cuando se levantó el cerco de Nápoles impuesto por las tropas del Gran Capitán. Y se tardó en curar aproximadamente cinco siglos”.

“¿Que quiere esto decir? Que España fue el primer lugar donde no se hicieron esclavos, el primer lugar donde, a partir de Isabel la Católica se aceptaron matrimonios mixtos, de indígenas y europeos y que fue el lugar donde todos los americanos eran castellanos, exactamente igual. De tal manera que en la Constitución de 1812 se recoge a los españoles de las dos orillas” del océano Atlántico.

La Iglesia, “que ahora está recibiendo muchos ataques, lo único que hizo fue defender a los indígenas. Evidentemente los españoles buscaban una serie de mejoras económicas, como siempre que se descubre algo, pero España no hizo un imperio, porque eso es cuando tienes colonia, y nosotros no tuvimos colonias, sino virreinatos. Era el mismo país, era lo mismo Castilla que el virreinato de Nueva España. Y había leyes, como las leyes de Burgos, de los Reyes Católicos y la Nueva Recopilación por Carlos III que decían esto e impedían el abuso de los indígenas. Otra cosa es como se llevaran a cabo las leyes, pero el sentido actual de imperio no lo hizo”.

A juicio del catedrático de Historia de la Farmacia, “no hay que pedir perdón por nada, hay que estar muy orgulloso de lo que se hizo en América. Porque no les impusimos la lengua, les dimos lo fundamental que es el pensamiento científico. Los americanos no están en el primer nivel de los países, pero sí en el segundo y eso es gracias al pensamiento racional y científico. De pedir perdón, en absoluto. Yo entiendo que el Papa pida perdón porque la Iglesia pide perdón por todo. Pero los españoles tenemos que estar muy orgullosos de una época que había héroes que caminaban sobre sus tierras. Evidentemente trajimos cosas, fundamentalmente plata. Lo del oro es otra cosa, porque había poco. Fundamentalmente trajimos plata, aunque la mayoría acabó en China, con quien hacíamos intercambios. Pero llevamos muchísimas cosas e impusimos pocas”. Un ejemplo, las ciudades americanas que “son ejemplares, mucho más bonitas que las españolas porque están organizadas casi como campamentos militares, son maravillosas, diáfanas”.

“Y cuando hay tanta polémica sobre disminuyeron o no los indígenas, mire los que hay en Hispanoamérica y compárelos con los indígenas que hay en las zonas del norte. O lea un libro que ha publicado una americana que se llama “El imperio comanche”. Estaba en la zona española. Cuando el general Santana hizo su virguería y quiso avanzar hacia el norte y los americanos llegaron y conquistaron nuevo Méjico y las californias no quedó ni un indígena. Bajo dominio español y después mejicano, hasta que se le cruzaron los cables a este general, allí convivían los comanches. Entre ellos se llevaban mal, dominaban a los sioux y otras tribus. Pero desde el momento en que avanzaron los americanos, “el mejor indio es el indio muerto”. Jamás España hizo eso, ni hizo esclavos, y permitió los primeros matrimonios mixtos. ¿Por qué vamos a pedir perdón?”.

Los nacionalismos, explica, “siempre necesitan un enemigo exterior para buscar la cohesión y es lo que están haciendo los indigenistas, explotando la leyenda negra de España”, que no lo fue tanto.