Emprender en el medio rural nunca es sencillo, pero poner en marcha un negocio de cero como el que ha impulsado Paula Echenique, aún menos. Su tesón y capacidad le han valido el premio Mujer Emprendedora en los galardones del evento eWoman, que se celebró este viernes 19 de noviembre en el Consejo Consultivo de la capital y que resultó útil para poner en común las voces de todas las personas que se animaron a colaborar con la cita impulsada por LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA.

–En primer lugar, cuénteme, de forma general, en qué consiste su proyecto empresarial

–Soy una emprendedora de 47 años que lleva dedicada a la acuicultura de agua dulce desde hace casi ocho en Carbellino de Sayago, Zamora. Tras dos décadas en otros campos, di un vuelco en mi carrera profesional y he apostado por la acuicultura continental en el ámbito rural en la provincia de Zamora. Si bien el área mas desarrollada a día de hoy es la industria alimentaria como comercializadora de ancas de rana y derivados, estamos en la transición a ser productores primarios, con el desarrollo de una granja inteligente integrando nuevas tecnologías (Smartfrogfarm 4.0).

–¿Por qué decidió instalarse en la provincia de Zamora?

–La respuesta es simple: me case con un sayagués. Ante la imposibilidad de insertarme profesionalmente, desempolvé el TFG de mi marido y dije: a ver cómo de viable y sostenible es esta idea. Esas fueron las bases de lo que luego fue el proyecto de negocio. De alguna manera, he hecho el camino inverso al que realizó mi abuelo, un castellano leones de pura cepa.

–¿Qué supone ser emprendedora en la España Vaciada?

–Todo depende del punto de vista con el que te hagas la pregunta. En Carbellino, nuestro pueblo, la gente activa es principalmente emprendedora de una u otra forma, por lo tanto me siento arropada. Puedo hablarte de limitaciones, que hay muchas y existen, pero también grandes oportunidades. Tal vez deberíamos empezar a reflexionar sobre los estigmas y los prejuicios que las palabras rural o España Vaciada pueden generar a la hora de considerar que emprender en estos espacios es una tarea imposible.

–Ustedes venden una serie de productos especiales. ¿Qué acogida tienen en el mercado?

–El mercado es el motor del proyecto. Los anfibios son el 0.4% de la acuicultura mundial, un pírrico 0.4%, pero tan solo somos cinco las empresas que criamos en Europa. El producto tiene mercado, fue una labor de dos años el hacer un estudio y confirmar que, realmente, tenemos mercado y aceptación. La realidad es que la demanda de productos de rana a nivel mundial es superior a la oferta y existen pocas fuentes sostenibles. Particularmente, es un ingrediente que es un patrimonio gastronómico en amplias zonas de España en concreto, así como de Europa, Asia y América. Mi apuesta es desarrollar un tejido con sostenibilidad económica, ambiental y social fundamentada en una acuicultura continental y rural. Además, nuestro proyecto es totalmente pionero e innovador al integrar las nuevas tecnologías.

–¿En algún momento ha percibido un trato diferente por el hecho de ser una mujer al frente de un negocio?

–Sinceramente, he tenido muchas situaciones con tratos diferenciales, considerando que he tenido que desarrollar proveedores en varios países donde esa brecha de género aún puede verse más acentuada. Pero siempre he considerado ese diferencial como un desafío y lo he afrontado viendo la oportunidad de revertir esa barrera. Cada día busco la posibilidad de aportar mi granito de arena para trabajar en pos de la igualdad en un amplio sentido; sin miramientos a ningún tipo de barrera para la integración social y laboral.

–¿Qué le diría a las jóvenes que tienen una idea y dudan si llevarla adelante?

–La frase que siempre me ha dicho mi madre: Paula “no hay barreras ni límites”. Con formación, autoconocimiento, reflexión, trabajo, dedicación y compromiso se pueden superar. Confieso que emprender es duro, pero creo que las oportunidades son enormes. La aventura es excitante en crecimiento personal y profesional, y cada día conozco gente tan interesante que está haciendo cosas maravillosas con una satisfacción que solo los que emprendemos podemos comprender. Tras el COVID aparecen nuevas ideas y oportunidades para una nueva ruralización, con personas interesadas en alternativas a la ciudad. El romancero bien reconoce que Zamora no se rinde. Les diría que es una oportunidad para cambiar tu realidad.

–Si ahora tuviera que volver a empezar, ¿elegiría el mismo camino empresarial?

–A ver, hoy podría decir que, si tengo el diario del lunes, seguramente haría muchas cosas diferentes, pero también sé que lo que soy hoy es gracias a ese camino que he recorrido.

–¿Qué supone para usted esta presencia destacada en los premios eWoman?

–Es para mí un enorme placer participar en un evento de estas características. Eventos y espacios de reflexión en esta línea generan puentes para ir superando más y más limitaciones, así como para visibilizar proyectos inspiradores que sirvan para fortalecernos en el camino.

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