Francisco de la Reyna fue un zamorano autor de uno de los tratados clásicos de lo que hoy conocemos como veterinaria, un “superventas” del siglo XVI con 15 ediciones con un revelador título y un no menos sugerente subtítulo, recogidos por la Real Academia de la Historia:Libro de Albeytería, en el que se verán todas quantas enfermedades y desastres suelen acaecer a todo genero de bestias y la cura dellas. Assi mesmo se veran las colores y faciones para conocer un buen cavallo y una buena mula. El mas copioso que hasta agora se ha visto, hecho y ordenado por el honrado varon Francisco de la Reina, herrador y albeytar: vezino de la ciudad de Çamora agora nuevamente hecho por su mano con intento de dar claridad a todos los Albeytares que son y fueren en estos reynos de España”, año de 1547.

La obra, según refleja la Real Academia de la Historia “contiene numerosos datos referidos a la patología y la terapéutica de los équidos, así como acerca de los defectos de los remos, la acción curativa de ciertos medicamentos y la elaboración de ungüentos y otros preparados”. Los colores o pelaje de los equinos y las cualidades que debe reunir un buen caballo conforman uno de los apartados del libro.

Lo más sobresaliente de la obra “es la observación que hace, en forma de preguntas y respuestas, del movimiento circulatorio de la sangre, donde describe la circulación general y de retorno cuando escribe: “Por manera que la sangre anda en torno: y en rueda por todos los miembros y venas: tiene por oficio de llevar el nutrimiento por las partes de fuera y otras tienen por oficio de llevar el nutrimiento por las partes de dentro hasta el emperador del cuerpo que es el coraçon: al qual todos los miembros obedescen”.

A partir de la opinión del padre Benito Jerónimo Feyjoo, formulada en una de sus Cartas eruditas, se suscitó una viva polémica entre partidarios y detractores del albéitar sobre la prioridad del descubrimiento, disputa que ha llegado hasta nuestros días, refleja la Academia. De la Reyna conoce la existencia de la circulación, “pero la describe genéricamente y no con exactitud, puesto que admite la antigua teoría de que las venas salen del hígado y las arterias del corazón. Sin embargo, la descripción de Luis Lobera de Ávila es más completa que la de De la Reyna, ya que en su Libro de Anatomía (1542) hace una descripción bastante exacta de la circulación pulmonar”.

El libro de Francisco de la Reyna tiene además otros valores desde el punto de vista veterinario “que hacen que deba ser considerado en muchos aspectos como una obra clásica e históricamente imprescindible para llegar a conocer la evolución de la medicina veterinaria de su tiempo. Los capítulos son cortos y en ellos figuran la definición de la enfermedad, las causas, las que llama insignias y señales con que se manifiesta, es decir, los síntomas, para concluir con el tratamiento y en ocasiones con la alimentación recomendable durante la convalecencia”.

No es menos interesante, a juicio de la Real Academia, la inclusión que hace en el libro de dos “Artes de Herrar”, uno original suyo, “hecho con nuevo estilo con sotil ingenio” y el segundo, original de Juan de Vinuesa, añadido y enmendado por Reyna. Al ser el caballo durante muchos años el animal de más valor que sirvió de modelo en los estudios de anatomía comparada, en la fisiología y en parte de la patología, el estudio y cuidado de las extremidades constituían una de las materias esenciales de la ciencia veterinaria. Un caballo con defectos o enfermedades en las patas quedaba depreciado y, en ocasiones, era inservible para su utilización en la guerra o como medio de transporte. De aquí el interés que tenía no sólo la terapéutica de las dolencias de las extremidades del caballo, sino también el herrado higiénico, que los veterinarios han venido ejerciendo hasta hace bien poco tiempo.

El libro es “el texto más autorizado del siglo XVI que inicia las publicaciones de los albéitares españoles”.

Una ponencia de José Emilio Yanes recreará la figura del albéitar

“Francisco de la Reyna, el célebre albéitar de Zamora” es precisamente el título de la ponencia que pronunciará José Emilio Yanes, jefe de sección de Producción Animal de la Junta en Zamora y profesor asociado de la Universidad de Salamanca durante el XXVI Congreso Nacional y XVII Congreso Iberoamericano de Historia de la Veterinaria que se celebrará en el Teatro Ramos Carrión de Zamora entre este jueves 18 y el sábado 20 de noviembre.

El grueso de las sesiones tendrán lugar el viernes 19, con la conferencia inaugural a cargo del profesor F. Javier Puerto sobre “La primera globalización: intercambio de animales, plantas y enfermedades entre el Nuevo y el Viejo Mundo durante el siglo XVI, en torno a Hernán Cortés y Magallanes/Elcano”.

Tras la intervención de Yanes, por la tarde tendrá lugar la conferencia de Severiano Hernández, subdirector general de Archivos Estatales que hablará de la importancia de las fuentes archivísticas. El sábado por la mañana tras la clausura del Congreso, los asistentes visitarán la Finca Experimental de razas autóctonas de la Diputación sita en la localidad de Madridanos, con ejemplares equinos, bovinos y ovinos