El zamorano condenado a seis años de prisión por agredir sexualmente a su nieta menor de edad solicita a la Audiencia de Zamora no ingresar en un centro penitenciario porque padece un cáncer avanzado y le gustaría permanecer junto a su familia. Una petición frente a la que el fiscal ha solicitado que se compruebe si existe algún centro penitenciario en España “preparado para que pueda seguir el tratamiento oncológico pertinente con garantías”.

Si se localiza algún presidio dotado de medios, el Ministerio Público solicita a la Audiencia que ordene el ingreso inmediato del imputado, de iniciales T.M.M.; pero, de no haber ninguno, no se opondrá a que este cumpla los seis años de reclusión en su domicilio particular, según ha podido saber este diario.

El informe forense solicitado en julio pasado para verificar la enfermedad y el estadio en que se encuentra confirman los datos facilitados por el zamorano de 72 años que agredió sexualmente a su nieta en varias ocasiones, cuando la niña tenía entre 11 y 15 años e iba a pasar las vacaciones al pueblo de la familia, Villanueva de Valrojo.

El zamorano debería haber entrado en prisión en el mes de junio, tras confirmar el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León en mayo la condena a 6 años de prisión; a 10 años de libertad vigilada; al alejamiento de la víctima durante otros 10 años tras salir de la cárcel, sin poder estar a menos de 500 metros de su nieta. Durante ese tiempo, tampoco podrá comunicarse con la nieta por medio de ningún tipo, ni por una persona interpuesta, y aunque la menor lo solicitase o consintiese, de acuerdo con la sentencia. La sentencia incluía el pago de una indemnización de 10.000 euros a la menor por los daños psicológicos sufridos.

El abogado del imputado por el delito contra la libertad sexual de la menor cuestionaba en el auto del recurso contra el ingreso inminente en prisión que el centro de Topas, donde su cliente tendría que cumplir la condena , pudiera disponer de los servicios necesarios para que su cliente disponga de la atención sanitaria adecuada a su enfermedad.

El hombre agredió sexualmente a su nieta entre los años 2014 y 2018, durante las visitas en las vacaciones escolares, cuando la niña se acostaba, momento que aprovechaba el condenado para introducirse en la cama y realizarle “tocamientos con ánimo libidinoso y, sin decir palabra, le acariciaba los pechos y la zona vaginal, tanto por encima como por debajo del pijama o la ropa que llevase puesta”, según la sentencia de la Audiencia. El Tribunal Superior confirmó que el relato de la denunciante es “persistente” durante la denuncia, durante todo el procedimiento judicial y en el juicio celebrado en la Audiencia, con “coherencia lógica”, por tanto, creíble.