El Día de Todos los Santos discurrió con mucha presencia de personas en el cementerio pero sin grandes aglomeraciones, a pesar de que el día amaneció soleado tras haber cesado la lluvia de la jornada precedente. El hecho de que haya coincidido en lunes la festividad ha propiciado que las visitas al cementerio, ya sin restricciones, se hayan escalonado a lo largo de los tres días y por tanto se haya evitado una excesiva aglomeración de personas en el lugar.
Los empleados municipales formaban el comité de bienvenida para aquellas personas con más dificultades para localizar las tumbas de sus seres queridos, aunque también tuvieron trabajo para atender algunos funerales, ya que todos los días se producen enterramientos, en los que a falta de capellán el responso corre a cargo de dos laicos preparados para esta función.
El camposanto se convirtió en morada del día para algunas familias con mayor tradición de acompañar a los difuntos a la vera de la sepultura, o en una breve visita para echar un rezo ante la tumba para otros. Incluso en un paseo por varios puntos del camposanto en busca de distintos familiares a los que recordar en este día.
El cementerio de Zamora tiene aún bastante terreno para crecer con más tumbas y también zonas de nichos aún por ocupar y con posibilidades de seguir construyendo módulos, por lo que la época de escasez de sepulturas parece felizmente superada.
Una sola misa, a las cinco de la tarde, fue todo el oficio religioso de los visitantes del cementerio muchos de los cuales, pese a las recomendaciones, optaron por acercarse con su vehículo particular y ocuparon las calles y carreteras de los alrededores.
La recientemente estrenada cruz de Coomonte, que sustituyó a la deteriorada fábrica anterior, fue una de las novedades que pudieron observar los fieles, junto con el restaurado retablo de la capilla, presidido por la imagen de San Atilano, y que se encontraba sumamente deteriorado.
Los zamoranos cierran así una festividad de Todos los Santos en la que se ha recuperado la aparente normalidad, perdida el año pasado debido a la pandemia. Las restricciones de aforo en el cementerio son ya historia y muchos ciudadanos han aprovechado la ocasión para recuperar las costumbres que el año pasado quedaron pospuestas.
Fieles difuntos
Hoy se celebra la festividad de los Fieles Difuntos, día que aprovechan los militares para rendir homenaje a los fallecidos en el cuartel del cementerio donde reposan los restos de los miembros del Ejército. Asistirá una representación del Regimiento de Ingenieros de Salamanca que manda en general Manuel Maldonado, a partir de las 11.30 horas, además del acompañamiento local.
Por su parte, la Cofradía de las Ánimas de San Atilano realizará hoy su tradicional procesión a las 20.15 horas por el cementerio, procesión a la que asistirá la Hermandad de Jesús Luz y Vida.
