El exjefe de Parques y Jardines, Alberto Vega Vicente, investigado por malversación de caudales públicos y falsedad documental en la gestión del servicio municipal, se aferró a la caducidad del contrato entre el Ayuntamiento de Zamora y la empresa Raga para negar cualquier atisbo de ilegalidad en el desvío de personal y maquinaria exclusivos de la contrata a obras menores y a trabajos realizados al margen del mismo, dada la caducidad del contrato en 2014.

Incluso manifestó ante la juez que investiga el caso que la relación contractual mantenida entre la institución local y la empresa era lesiva para esta última, puesto que el coste del servicio no estaba ajustado a los precios de mercado actuales como se deduciría del nuevo pliego de condiciones para adjudicarlo, valorado en 1,6 millones frente al 1,1 millones que venía percibiendo Raga en los últimos años. Llegaría a apuntar que el Ayuntamiento se ha ahorrado dinero desde 2014.

Vega Vicente aludió en su declaración del viernes pasado ante la juez a la situación irregular entre adjudicataria del servicio e institución local por el mantenimiento en el tiempo de prórrogas de un contrato caducado en 2014, suscrito en 2007 con la posibilidad de ampliarlo solo durante seis meses. A partir de esa premisa, Vega Vicente cuestionaría que Raga no pueda usar al personal o la maquinaria para ejecutar las obras menores adjudicadas a la empresa fuera del contrato o para realizar trabajos por compensación. En este sentido, el Ayuntamiento señala que las prórrogas se realizaban cada año de común acuerdo entre las partes, por lo que Raga no se vería perjudicada.

No obstante, a preguntas de la juez, el funcionario llegaría a indicar que habría que determinar el grado de cobertura del servicio que le correspondería a la empresa una vez caducado el contrato, es decir, el funcionario entiende que no se fijaron las obligaciones y derechos ante esta nueva situación, por lo que no podría hablarse de irregularidades, según ha podido saber este diario.

Vino a negar, por tanto que se favoreciera a la empresa por permitir que esas obras menores adjudicadas al margen de la contrata se llevaran a cabo con personal y equipamiento de la misma, al tiempo que recordó que la maquinaria, los vehículos de la contrata ya están liquidados por la caducidad del contrato, y que Raga ha tenido que traerlos de otras provincias y comunidades, como Asturias, para mantener el servicio. Frente a la acusación del Ayuntamiento de que el investigado torpedeó los intentos del equipo de Gobierno de IU de sacar a concurso el servicio, replicó que comunicó la situación irregular del contrato en numerosas ocasiones; que tenía más de 14 propuestas de pliegos de condiciones para un nuevo contrato; que realizó muchas advertencias de la situación anómala del sin que se le tuviera en cuenta; y que Raga se ha esforzado en mantener el servicio en unas condiciones aceptables.

De hoteles de lujo con spa a coches de alta gama para “uso exclusivo”

Las estancias en hoteles de lujo, con spa y otros servicios, de los que disfrutaría el exjefe de Parques y Jardines sin que le costaran ni un euro, es otra de las irregularidades que investiga el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 5 de Zamora, tras las declaraciones prestadas por testigos en el caso abierto contra Alberto Vega Vicente por presuntos delitos de corrupción. Los gastos de esas estancias correrían a cargo de Raga encargada del mantenimiento de las zonas verdes de la capital, ya que se corresponderían con la asistencia del funcionario a ferias o a congresos del sector, según declaró el exresponsable del área noroeste del grupo madrileño, investigado en la causa, de iniciales A.G.I., quien especificó que la factura del bar y del spá no las asumía Raga. En cualquier caso, el abono de hoteles a clientes sería una “costumbre histórica” de Raga, según dijo. Entre las supuestas dádivas de las que podría haberse beneficiado Vega Vicente podría estar el disfrute “exclusivo” de coches de alta gama que le facilitaba la concesionaria municipal, como del BMW X1 negro, un Land Rover Freelander gris o un Nissan X-Trail blanco, de acuerdo con lo manifestado por otro de los testigos que ha declarado en las diligencias. El responsable de Jardines tenía una tarjeta de repostaje de la contrata de la que “nunca entregó un ticket”, dijo el empleado de Jardines.