José es un panadero arruinado que llegó a vivir 22 días en un coche con su hijo; Miriam una argentina que tuvo que recurrir a Cáritas para encontrar empleo y Rubén un joven de Madeira que tras padecer problemas con las drogas vivía en la calle en Zamora.

Son los tres testimonios que ilustraron el problema de las personas sin hogar, "lo último de lo último", invisibles para la sociedad y sin embargo tan cerca de nosotros. Tanto que, como indicó el delegado de Cáritas de Zamora, Antonio Jesús Martín de Lera, todos podemos caer en esta situación a lo largo de nuestra vida. Aquí puedes ver y escuchar a los tres protagonistas:

VÍDEO | José, Miriam y Rubén: testimonios de usuarios de Cáritas

VÍDEO | José, Miriam y Rubén: testimonios de usuarios de Cáritas

Son en torno a 350 personas las que atiende Cáritas en la Casa Betania, según indicó María León Gago, procedentes de distintos ámbitos: personas afectadas por la crisis económica a las que las deudas han abocado a la pobreza, personas con problemas físicos o mentales sin ayuda, gente que ha caído en la droga o el alcohol, transeúntes de paso por la ciudad que van de un lugar a otro o inmigrantes que han perdido en trabajo y no pueden renovar el permiso de residencia o directamente ilegales. Como dato, son sesenta personas las que a diario comen en Cáritas y entre 150 y 200 los transeúntes que encuentran una cama donde pasar la noche.

Eso sí, les exigen estar vacunados del coronavirus, ya que en caso contrario tras la primera noche tienen que abandonar las instalaciones. Las autoridades sanitarias facilitan esa vacunación a los transeuntes.

No es precisamente la Zamora postpandemia un lugar fácil para estas personas, ya que es complicado encontrar trabajo y mucho más hallar una vivienda, ni siquiera una habitación, ya que los propietarios exigen hasta tres meses de fianza y unos ingresos mínimos de 700 euros al mes.

La campaña de las personas sin hogar tendrá un acto central en La Marina este jueves a las 12.00 horas con la lectura de un manifiesto y el domingo en San Ildefonso con una eucaristía.