En el grupo escultórico aparecen tres hombres de distintas edades. Cada uno de ellos representa a un estamento de los que participaron en el levantamiento comunero del siglo XVI: nobleza, milicia y pueblo llano. En el suelo, el pendón de la reina Juana I de Castilla y un yelmo simbolizan la derrota tras la batalla de Villalar. Esa pérdida se percibe en la imagen, pero la obra busca trasladar también “la esperanza y el tiempo de libertad”; aquel horizonte que no se alcanzó en 1521, pero que acabó por llegar a las tierras de Castilla y León.

De este modo describió su propia obra, titulada “Albores de libertad” el escultor zamorano Ricardo Flecha. La pieza original forma parte ya del Patrimonio Nacional, después de que el rey Felipe VI la recibiera el pasado 3 de septiembre de manos del presidente de las Cortes de Castilla y León, Luis Fuentes. La imagen, de 57 centímetros de altura y tallada en madera de nogal, fue un encargo realizado al artista en el contexto del quinto centenario del movimiento comunero y recibió los elogios del Jefe del Estado.

Así lo expresó el propio Fuentes, que acudió este lunes al taller de Flecha, en el polígono de Los Llanos de Zamora, para conocer los entresijos de una creación que nació con la idea de transmitir sencillez y de representar a Castilla y León. Flecha eligió la madera de nogal, precisamente como material característico de la zona y con la idea de entregarle al rey una figura reconocible. Sin grandilocuencia, pero con identidad.

“La madera me parece el material más maravilloso. La piedra no te deja hablar, pero la madera puedes modificarla y transformarla; es más agradecida”, señaló el escultor zamorano, que subrayó que “resulta más personal que el trabajo que se hace en bronce”.

Más allá de la materia prima, Ricardo Flecha explicó que el proceso de creación de la obra tiene dos fases principales: la primera de búsqueda de una idea; la segunda, su traslado a la figura. “Una vez sabes lo que vas a hacer, el proceso de pasarlo a la madera es mucho más corto”, aseguró el escultor, que afirmó que “el artista va hablando con la obra, aunque parezca algo muy cursi”.

En esa tormenta de ideas inicial, muchas figuras se quedan por el camino, condenadas a vivir en el cajón tras verse desplazadas por la creación definitiva. Flecha aprovechó la visita de Luis Fuentes para sacar del olvido alguna de esas esculturas nonatas. En una de ellas, aparecían tres hombres dándose la espalda. Se desechó “porque quedaban como si fueran a ser ajusticiados”. Otra presentaba el pendón aún alzado, pero el escultor optó por trasladarlo al suelo, y una tercera incluía a un niño, algo que no terminó de convencer al zamorano, que finalmente escogió a tres adultos de distintas edades.

Antes de escuchar con visible interés las explicaciones de Flecha, Luis Fuentes quiso elogiar una obra que muestra “el abatimiento” por la ocasión perdida en Villalar, pero que también traslada la importancia de “esa semilla de lo que después fueron las sociedades modernas”. El presidente de las Cortes subrayó la contribución de la obra al movimiento y a su puesta en valor y situó al escultor zamorano como “el mejor imaginero de Castilla y León”.

De hecho, el presidente de las Cortes de Castilla y León aprovechó la visita al taller de Flecha para plantear la posibilidad de que el zamorano cree alguna obra para la sede del parlamento autonómico. “A mí me gustaría hacer una escultura de talla en madera”, reconoció el artista, tras recoger el guante lanzado por Fuentes. El escultor evitó hablar sobre la temática que podría tener la pieza futura y aseguró que tendrá que pensar mucho en ello y “darle vueltas”.

En todo Caso, Flecha sí dejó claro que su intención es dar forma a una obra que represente a Castilla y León y que sirva para dejar su impronta personal: “En la sede de las Cortes hay trabajos de otros dos zamoranos, como son Baltasar Lobo y José Luis Alonso Coomonte. Me abruma ser el tercero que meta un poco el pie y me deja pequeño”, añadió el escultor.

Por último, ante las preguntas de los periodistas, Flecha habló sobre los proyectos que tiene en cartera y advirtió sobre la necesidad de ir trabajando con un cierto adelanto sobre los encargos. En esa línea, el 950 aniversario del cerco de Zamora, que se conmemora el año que viene, entra dentro de sus inquietudes actuales.