En toda una fiesta se convirtió el recibimiento de una réplica de la Virgen del Pilar por parte de los miembros de la Agrupación Castellana y Leonesa de Bolívar, a la que pertenecen numerosos descendientes de Zamora. La asociación había enviado una petición a la propia basílica del Pilar de Zaragoza, que respondió favorablemente a esta solicitud. Fue el propio capellán de la Virgen, José María Bordetas, quien envió una amable carta accediendo a la petición desde Argentina.
La imagen que recibieron había sido “bendecida y pasada por los mantos de la Virgen” y se colocó sobre una columna de 24 centímetros de diámetro. “Dada la ilusión y devoción que brota de su comunicación, el excelentísimo cabildo metropolitano de Zaragoza está convencido que la presencia de la imagen servirá para levantar el ánimo en todos los órdenes de la vida, con la consiguiente fortaleza en la fe, seguridad en la esperanza y constancia en el amor, como reza la oración de la musa el día de la Virgen del Pilar”, recordaron desde Zaragoza.
La única condición de este obsequio era que alguien debía retirar personalmente de la basílica española la imagen y fue ahí donde entró en escena el vicecónsul honorario de España en Bolívar, Walter Dáloica, puesto que tenía planeado viajar hasta aquí.
Como merecía la ocasión, el recibimiento de la imagen contó con todos los honores en la ciudad argentina, comenzando por un transporte de gala, de finales del siglo XIX, y acompañado por más de sesenta jinetes a caballo, que recorrieron las principales calles de la capital hasta llegar al centro cívico.
El sacerdote Mauricio Scoltore fue quien recibió la imagen y ofició una eucaristía en su honor. Tomó también la palabra el vicecónsul honorario, encargado de llevar la virgen a Argentina en su viaje de regreso al país. Por su parte, la vicepresidenta de la agrupación castellana y leonesa de Bolívar, Haide Luján Novara, recordó a los asistentes cómo surgió la idea de solicitar la imagen. “Fue el pasado mes de diciembre, porque nuestra parroquia no contaba con ella”, explicó. Ahí arrancó la petición, con un mail de solicitud. “Para nuestra sorpresa, esa solicitud fue aceptada por el excelentísimo cabildo metropolitano de Zaragoza, reunido en plenario”, agradeció.
Tras esta primera misa con la réplica de la Virgen del Pilar, llegó el momento de la música y la danza, lo que propició que, tras casi una década sin actuar, se volviera a presentar el cuerpo de baile de la agrupación, presentando a los presentes desde jotas burgalesas hasta las jotas del mester. Los niños de tres a doce años también salieron a escena, con el grupo de danzas Los Fortineritos, que encandilaron al público con bailes de gato y de chacarera.
Como invitado estuvo el ballet Sangre Flamenca, procedente de la ciudad vecina de Henderson. De ellos enamoraron tanto sus bailes andaluces como sus coloridos trajes de flamenca.
Como colofón artístico se contó con la actuación de Rocío del Cielo, que hizo cantar a todos en su actuación.
Por último, se aprovechó este evento para degustar algunos productos típicos españoles, como tortilla de patata, jamón y chorizo, roscas de anís, bollo maimón —propios de Castilla y León— o delicias baleares, como cocas, ensalada de berenjenas o torrijas, para dar el toque dulce final.
