La pandemia del coronavirus no fue óbice para que el pasado año retornaran a la provincia casi un centenar de zamoranos que residían en el extranjero. De hecho, a menudo, el COVID-19 fue la razón para ejecutar ese viaje de vuelta. Ahora bien, en comparación con años anteriores, la estadística de bajas consulares que gestiona el Gobierno de España registra un descenso del 33% en 2020 respecto a 2019. Una cifra que supone romper la tendencia creciente al retorno que se contemplaba tanto para Zamora como para el conjunto de Castilla y León. No en vano, en términos regionales, el pasado ejercicio, con 1.545 personas, se computó la cifra más baja de regresos desde 2016, año en el que volvieron 1.665 personas. A partir de ahí, en 2019 ascendieron a 1.803, en 2018 a 1.916, en 2019 a 2.001.

Las cifras de retornos revelan que el pasado ejercicio volvieron desde países de la Unión Europea un total de 400 personas, lo que supuso un descenso del 34% respecto al año anterior. Del resto de países que no son de los 27 comunitarios, llegaron de nuevo a Castilla y León 232, la mayoría de ellos desde Reino Unido (145), de manera que se produjo un incremento del 226% en comparación con el ejercicio inmediatamente pasado. Cabe destacar, por otra parte, que desde Centroamérica y Sudamérica se contabilizaron 622 regresos, un 38,5% menos que en 2019; y, desde Norteamérica, 104 vueltas, con una merma del 12%. Por su parte, regresaron medio centenar de compatriotas desde África, un 4% más que el año anterior; otros 123 desde Asia, con un avance del 3%; y 14 de Oceanía, con un descenso del 44%.

Estos números chocan, no obstante, con la realidad que vive la Asociación de Emigrantes Retornados de Castilla y León, con sede en Palencia. “Ahora mismo tenemos pocas personas que están retornando. La gran mayoría de nuestros socios son personas que retornaron hace años y, en estos momentos, quieren que se les ayude a tramitar las pensiones de los distintos países”, revela su presidenta, Francisca Cabello. La representante sí desvela que existen ciudadanos que se ponen en contacto por correo electrónico con la organización porque quieren volver a sus lugares de procedencia, pero afirma que se trata de “casos aislados”, la mayoría localizados en Latinoamérica y Reino Unido.

Cabello defiende que la labor de la asociación se encamina, principalmente, a la atención de personas que llevan años viviendo en España después de su retorno y que ahora han llegado a su edad de jubilación y necesitan apoyo para tramitar esta cuestión. “Se les solicita y gestiona todo el papeleo, además de traducir documentos y cartas, porque se deben computar los años trabajados en cada país”, expresa. Por otra parte, la presidenta destaca que también han aumentado las tramitaciones de pensiones por viudedad. La mayoría de los casos son muertes de hombres que desempeñaron parte de su vida laboral en el extranjero, por lo que sus viudas acuden a la asociación para tramitar pensión.