Amanece a orillas del Duero y el Campamento del Obispo Acuña se despereza. Al fondo, la ciudad medieval amurallada aún duerme mientras los comuneros comienzan a calzarse minuciosamente sus armaduras, afilan sus espadas y los arqueros ponen a punto sus flechas.

Uno de los comuneros del campamento entra en calor tras la batalla. | A.B

No es un sueño ni un delirio del paseante. Es la recreación histórica de “La Zamora Comunera, el tiempo de libertad”, organizada por el Ayuntamiento y que se celebra en la aceñas de Cabañales a lo largo de todo el fin de semana con motivo del quinto centenario de la Batalla de Villalar.

Dos asociaciones nacionales especializadas en recreaciones históricas son las encargadas de devolvernos al siglo XVI en un pequeño paseo hacia el río: Imperial Service y Caballeros y Damas de la Orden de Calatrava.

CONSULTA AQUÍ EL PROGRAMA COMPLETO CON TODAS LAS ACTIVIDADES

Juntos, como han hecho en otras ocasiones, nos acercan de forma lúdica a uno de los periodos clave de nuestra historia. Como relata José Miguel Alberte, presidente de Imperial Service y promotor de esta iniciativa: “La revuelta de los comuneros es el hecho histórico más puro. Un momento clave en la historia de Castilla, aquella Castilla que no tenía nada que ver con la presente sino que incluía otros territorios como Andalucía, Galicia y País Vasco y en el que Zamora tuvo un papel fundamental aunque a veces nos olvidamos de ello. Dos de sus líderes fundamentales salieron de aquí: el alcalde Ronquillo, a quien se le adjudica la quema de Medina del Campo y por supuesto el Obispo Acuña, el más radical del movimiento. Nosotros lo que hacemos es recrear precisamente la entrada de las huestes del que entonces era obispo de una Zamora que se movía en la ambigüedad entre los realistas y los comuneros”.

El campamento, dividido en cuatro zonas, permite que los visitantes y recreadores interactúen realizando diferentes actividades ambientadas en el Renacimiento.

Hoy domingo, a partir de las 11.00 horas de la mañana, niños y mayores podrán seguir disfrutando de entrenamientos de tiro con arco, tendrán la posibilidad de alistarse en el ejército comunero, vestir una de sus pesadas armaduras y aprender a manejar escudos y espadas.

También podrán ganar un ducado demostrando su sentido común y su capacidad de aprendizaje, conocer los juegos y rituales que utilizaban los acampados en sus momentos de asueto y degustarán los potes de la típica comida castellana de la época realizada en enormes fogones instalados en el propio campamento.

Recreaciones que van más allá de una mera representación teatral y que vienen avaladas por un intenso trabajo previo de documentación e investigación por parte de estas asociaciones de recreación histórica que según José Miguel Alberte “ están teniendo un éxito descomunal por toda España y abordando todo tipo de épocas porque es la mejor manera de educar en la historia. Se trata de aprender jugando, participando directamente, descubriendo, tocando y sobre todo razonando. Tratando de entender de una forma mucho más realista por qué sucedieron las cosas en el pasado”.