Las actuaciones sobre los restos constructivos de la fortificación de Belver de los Montes “ayudarán a conocer en mayor profundidad la importancia y relevancia estratégica” que tuvo el municipio, entre finales del siglo XII y principios del XIII, cuando la zona de la Tierra de Campos era disputada por los reinos de León y de Castilla, concluye el arquitecto Pedro Iglesias Picazo. Este profesional ayer desgranó, de manera muy didáctica, los pasos dados y que se darán para preservar y conservar los restos de la construcción de la población de Belver de los Montes en la charla de apertura del ciclo de conferencia titulado “Recintos amurallados de la provincia de Zamora” que acoge durante este mes el Museo de Zamora en su afán de divulgar las investigaciones llevadas a cabo en la provincia.

El conjunto amurallado, integrado por un castillo y por un recinto, “es muy extenso. Se conserva grandes trozos de muro y su proceso de deterioro es muy grande” aseveró el profesional que ha trabajado en la muralla de Ávila, en la de Santo Domingo de la Calzada o en la de la localidad de Calatayud.

Sobre las maltrechas paredes el experto precisó que están realizadas “en tapial de cal y canto”, también presente en el cercano pueblo vallisoletano de San Pedro de Latarce. Esta técnica, describió, permite efectuar los muros sin tener que recurrir a la instalación de andamios. “Se va apoyando uno en la obra ejecutada anteriormente, de tal manera que pueden construirse murallas de gran resistencia, con rapidez y no hace falta personal especializado por lo que podían construir las propias fuerzas militares”, concretó al tiempo que sostuvo que “se trata de una típica construcción de militares” que “no requiere un conocimiento especializado para llevarse a cabo”.

El estudio, realizado por un amplio equipo en 2019 a instancias de la Junta de Castilla y León, ha calificado de prioritario actuar sobre el foso, ya que “estaba colmatado” y en sobre el que se ha efectuado una limpieza de vegetación para poder acceder a la muralla. Efectuada esta labor, de “manera inminente” comenzarán las obras de consolidación de las zonas inferiores que tienen una gran erosión para intentar que se mantenga.

Las actuaciones arqueológicas arrojarán luz sobre el conjunto

El estudio incluye la ejecución de prospecciones arqueológicas, hasta ahora nunca realizadas y que arrojarán luz sobre la historia de este maltrecho conjunto patrimonial. “El grueso de las obras tuvo lugar a finales del siglo XII y principios del siglo XIII, lo cual no quiere decir que antes no hubiera habido otras fortificaciones en este lugar”, aclaró. En este sentido manifestó que María de Molina pasó una temporada en el conjunto, pero “¿dónde están las estancias, dónde estuvo que ahora no lo vemos? Tuvo que tener unas dimensiones más grandes para albergar a personajes tan ilustres”, reflexiona este arquitecto. El profesional, de origen zamorano, estimó que “es muy probable que el castillo haya sido de tierra” pero volvió a remitirse a los trabajos de las catas. “La investigación arqueológica será la que nos ofrecerá los datos de la historia de Belver con anterioridad” a la construcción. El ciclo de conferencias, presentado por la arqueóloga territorial de Zamora Hortensia Larrén, prosigue en el salón de actos del Museo de Zamora el próximo día 14 de octubre con la conferencia centrada en el “El recinto amurallado de La Bóveda de Toro: trazado y elementos conservados” a cargo de Esteban Granados Álvarez. Además, Javier Gil Crespo y David Gallego Valle podrán el punto y final al ciclo con una charla que lleva por título “Construcción y destrucción del recinto fortificado de Castrillo de la Guareña: de la Edad Media a las guerras napoleónicas”.