El Consejo Económico y Social (CES) ha alertado sobre la caída demográfica que están sufriendo las cabeceras de comarca. En su informe “Un medio rural vivo y sostenible”, que se presentó este miércoles en Palencia, el órgano subraya que “cada vez se hace más evidente que la despoblación no es un fenómeno exclusivo de los pequeños municipios en áreas rurales; se trata de un problema visible también, y de forma importante, en la evolución de los núcleos funcionales en torno a los cuales se articulan los pueblos, en ciudades de tamaño medio y pequeño e incluso en capitales de provincia”.

Según los datos aportados por el CES, en la última década perdieron población el 70% de las cabeceras y más del 60% de las ciudades de entre 20.000 y 50.000 habitantes que hay actualmente en España. Eso, a pesar de que la caída sigue afectando de forma más grave a los pequeños núcleos de determinadas comarcas.

En ese sentido, los datos de la provincia también muestran esa realidad, con la progresiva pérdida de población de las localidades que funcionan como punto de referencia de las comarcas y donde normalmente se acumula gran parte de los servicios de la zona. Según el Instituto Nacional de Estadística, en la última década, todas las localidades que se pueden considerar cabeceras de las distintas zonas han visto mermado su capital humano en mayor o menor medida.

Así ha ocurrido en lugares como Alcañices, que ha cedido 94 habitantes; en Benavente, que ha perdido 1.313; en Bermillo de Sayago, 245; en Carbajales de Alba, 162; en Corrales del Vino, 118; en Fermoselle, 298; en Fuentesaúco, 328; en Mombuey, 36; en Puebla de Sanabria, 209; en Tábara, 151; en Toro, 1.083; en Villalpando, 167; en Villardeciervos, 80; e incluso en Zamora capital, donde se han esfumado 5.000 personas.

Estos municipios llevan años perdiendo vigor de un modo que también perjudica seriamente a sus entornos. La merma de servicios y de oportunidades laborales en los grandes núcleos del entorno provoca que los pueblos de la zona pierdan atractivo, calidad de vida y oportunidades.

Optimismo ante el futuro

El presidente del Consejo Económico y Social de España, Antón Costas, defendió durante el acto de Palencia que “el XXI va a ser el siglo del mundo rural y local”. Así lo indicó en base a un informe que, más allá de los datos, advierte sobre el cambio de tendencia ocasionado por la crisis del coronavirus. El documento pone el foco en las potencialidades del territorio y en la biodiversidad y realiza una apuesta por las infraestructuras tecnológicas, pasando por la conectividad, para no expulsar a la población a las ciudades y hacer atractivo el medio rural.

Antón Costas, subrayó que la pandemia del COVID-19 “es una gran crisis que está obligando a la humanidad a repensar el camino realizado durante los últimos 70 años y a replantear el futuro”. Es decir, que estos últimos años “han sido los mejores para ciertas cosas, pero a su vez han sido los peores para otros aspectos”. Por ello, hay que “redescubrir la economía del territorio y de la biodiversidad”.

Respecto a la próxima llegada de los fondos europeos, Costas destacó que dichas partidas económicas son un “viento favorable siempre que venga acompañado de un rumbo claro de país, también en el ámbito empresarial”.