Cáritas Diocesana de Zamora reclama la reducción de la contratación temporal y parcial, impulsando contratos indefinidos a jornada completa que acaben con la precariedad laboral, acentuada por la pandemia y que obedece a un modelo basado en el beneficio y el descarte de las personas. La organización católica se une al resto de la Iglesia en la Jornada Mundial por el Trabajo Decente, hoy día 7 de octubre, para reclamar una mejora laboral que acabe “con la precariedad laboral, acentuada por la pandemia y que obedece a un modelo basado en el beneficio y el descarte de las personas.”, indican en una nota de prensa. 

Cáritas celebra este día con los alumnos de los cursos de formación que actualmente tiene activos. Los alumnos han participado en un pequeño vídeo que será difundido por las redes sociales de la entidad y, junto a trabajadores de Cáritas, harán la lectura de un manifiesto.

El coronavirus

Las organizaciones de Iglesia por el Trabajo Decente ponen el foco el aumento de la precariedad que el COVID-19 está suponiendo para “el personal de limpieza y sanitario sin equipos de protección individual”, junto a los problemas detectados en “las condiciones laborales y falta de medidas de prevención en riesgos para la salud de las trabajadoras de hogar; las personas teletrabajando sin disponer de medios tecnológicos y dispositivos por parte de la empresa” o aquellas “que, a pesar de estar en ERTE, se han visto obligados a teletrabajar desde casa”. Estas situaciones han impedido a un número importante de trabajadores “acceder a ERTE o cualquier tipo de escudo social”.

El texto denuncia, también, las dificultades existentes en el acceso al trabajo derivadas del “modelo de relaciones laborales actual, que no asegura acceder a un trabajo decente que permita atender necesidades básicas como llegar a fin de mes, conciliar la vida laboral y familiar, el acceso a la vivienda, la seguridad y salud laboral, o la participación social”. Esta es una situación que afecta especialmente a jóvenes y mujeres, “víctimas de una de las mayores tasas de desempleo, trabajos peor remunerados y elevada rotación”.

Como afirma Rita, de 20 años, cuyo testimonio se recoge, “al ser jóvenes, se llega a la conclusión de que nos podemos conformar con cualquier cosa o condición con el fin de poder ganar experiencia. Con esto me refiero a trabajar horas extra o realizar cierres con mucha más frecuencia de la acordada". "Lo que más frustra y te hace sentir inseguridad ,asegura a su vez Carmen, otra joven trabajadora de 23 años, es que te pidan experiencia, pero no te den la posibilidad de conseguirla, rechazándote desde el principio por ser joven".