La conversión de la N-122 en autovía entre la ciudad de Zamora y la frontera con Portugal sigue siendo uno de los objetivos prioritarios para la provincia, que aguarda la presentación de los próximos Presupuestos Generales del Estado para comprobar si existe o no financiación de cara a avanzar en los trabajos. La Subdelegación del Gobierno ha vuelto a manifestar el interés creciente en que los trabajos comiencen por la variante de Alcañices, dado que salvar ese núcleo de población aliviaría mucho la situación en materia de seguridad. Junto con la Unidad de Carreteras, el organismo trabaja para poder comenzar cuanto antes con la actuación y siempre con la vista puesta en evitar que vuelva a caducar la Declaración de Impacto Ambiental aprobada en octubre de 2018. Pese a que hay plazo por delante, la necesidad apremia.

El subdelegado del Gobierno en Zamora, Ángel Blanco, ha señalado a este diario que existen buenas expectativas para poder comenzar lo antes posible con las obras, al menos, en esta variante de Alcañices. Un lugar que “no se ha decidido por capricho”, sino que es lo que recomiendan los técnicos que están trabajando en el proyecto de desdoblamiento de la N-122 en autovía A-11. “Se trata de un punto clave en materia de seguridad vial porque estamos hablando de introducir mucho tráfico por un núcleo de población importante, así que, como hemos manifestado en otras ocasiones, creemos que se debe empezar por ahí”, ha expresado el representante gubernamental en la provincia de Zamora.

A las puertas de unos nuevos Presupuestos Generales del Estado, la incógnita es creciente sobre si habrá fondos para construir la autovía entre la capital y la frontera con Portugal. No obstante, Ángel Blanco ha recordado que “no es necesario” que figure una partida en los PGE para que finalmente se habilite y ha puesto como ejemplo la renovación del firme de la A-66 en Benavente, que se ha ejecutado sin figurar en el documento presupuestario.

Líneas continuas, radares y más control móvil en la carretera

La Subdelegación del Gobierno en Zamora ha recordado que la administración trabaja para mantener las condiciones de seguridad en la N-122 mientras no exista una alternativa por autovía. El máximo representante, Ángel Blanco, ha apuntado a “mejoras en el asfaltado, líneas continuas, radar de tramo, aumento del control con patrullas móviles y despliegue de los helicópteros Pegasus” para tratar de minimizar la siniestralidad de esta vía, que lleva casi tres décadas a la espera de una solución. “Evidentemente, lo que todos queremos es que la autovía esté ejecutada cuanto antes porque su peligrosidad es imposible de esconder, pero mientras eso ocurre, estamos trabajando porque tenga las condiciones más seguras que están a nuestro alcance y eso es tarea de todos”, ha expresado el subdelegado.

La carretera N-122 entre la ciudad de Zamora y la frontera con Portugal soporta de manera recurrente un tráfico intenso y de vehículos pesados que la convierte en una de las vías más peligrosas de cuantas vertebran la provincia, si no la que más. Por eso, colectivos de todo el territorio llevan años reclamando a los diferentes gobiernos que finalicen de una vez por todas el desdoblamiento y ejecuten la prolongación de la autovía A-11.