El Gobierno de España ha incluido entre sus prioridades el despliegue de banda ancha en todo el territorio. Sin embargo, para esta tarea, la administración tiene que contar obligatoriamente con las operadoras, a quienes a menudo no les interesa económicamente conectar territorios remotos como puede ser la comarca de Aliste. Al objeto de evitar discriminaciones, el Estado tiene “mecanismos” que garantizarán la llegada de la fibra a los pueblos. Eso, al menos, afirma Arturo Azcorra, director general de Telecomunicaciones adscrito al Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital, que esta semana ha visitado la provincia de Zamora para comprobar los avances en banda ancha y 5G.

–La inversión para el despliegue de la banda ancha no deja de crecer en los últimos tiempos, pero los municipios de la España rural siguen quejándose de falta de cobertura. ¿Dónde se encuentra la realidad?

–La realidad es que se está mejorando la cobertura, pero no podremos terminar el trabajo hasta que pase un cierto tiempo. Esto requiere obra y construcción de infraestructuras, y no es algo que se pueda realizar de una forma tan rápida como nos gustaría. El compromiso del Gobierno de España es que, para el año 2025, el cien por cien de los ciudadanos tenga conexión a 100 megabits por segundo. Y lo vamos a cumplir. De hecho, lo estamos dando progresivamente. En los últimos años, en Zamora, hemos invertido 17 millones de euros para conectar con fibra 66.000 unidades inmobiliarias. En la última actuación del PEBA hemos incluido 4.000 unidades inmobiliarias. Y ahora acabamos de convocar el Plan UNICO, que en la provincia de Zamora supone una inversión de 8 millones de euros, para cubrir 10.000 unidades inmobiliarias.

–El compromiso es del Gobierno, pero quien finalmente decide llevar o no llevar las conexiones a los pueblos son las operadoras, que no van a territorios como Aliste.

–Ya, pero el Gobierno tiene múltiples mecanismos de actuación. Por ejemplo, nosotros ahora mismo estamos pagando ya un 80% de la infraestructura con fondos públicos. También acabamos de licitar la banda de 700 megahercios y eso va a permitir cubrir mucho más con tecnología radio. Y estamos a punto de reordenar la banda de 3,5 para poder desplegar 5G. A mayores, tenemos un programa de ayudas para tener Internet a 30 megabits por segundo, de manera que, si una persona en una zona rural quiere tener ya una solución de cobertura, puede acudir al mercado y nosotros le financiamos. Por lo tanto, tenemos mecanismos para cumplir con ese compromiso.

–¿Y cómo es posible que, a fecha actual, existan zonas en una capital de provincia como Zamora que no tengan banda ancha?

–No tienen banda ancha porque se está haciendo. Las actuaciones llevan un tiempo, principalmente en los centros históricos, donde hay que tener un cuidado especial con el patrimonio. En Zamora quedan tres zonas, que son el Casco Histórico, Olivares y Carrascal. Y se van a ejecutar a lo largo del año que viene. Hemos hablado con el Ayuntamiento de Zamora para ver los planes urbanísticos, que son perfectamente compatibles, y se han comprometido a dar todas las facilidades a la operadora adjudicataria. Por su parte, la operadora ya tiene fondos concedidos y un plazo de ejecución hasta 2022. Puedo afirmar con gran seguridad que estas tres zonas de Zamora capital estarán cubiertas por banda ancha de 100 megabits por segundo a lo largo de 2022.

–¿Y en la provincia?

–Cuando concluyamos los planes que tenemos en marcha, un 88% de la población tendrá conexión en fibra. Y al 12% restante le daremos solución o bien en fibra, o en radio, o en satélite de aquí al plazo máximo de 2025.

–¿Se podrá decir entonces que en 2025 terminará la brecha digital en este tipo de territorios respecto a zonas más desarrolladas tecnológicamente?

–La brecha digital no se va a acabar. Siempre tendrán mejores conexiones y mejor infraestructura quienes están en zonas de mayor actividad. Eso hay que entenderlo. Las personas que están en zonas más remotas tienen unas ventajas, como el aire más puro o el coste de vivienda más bajo. Quienes viven en zonas urbanas tienen más contaminación, coste de vivienda más alto, pero también esas otras ventajas. El compromiso del Gobierno es que la gente tenga un mínimo importante. Que tengan 100 megabits. Eso no solo da para una conexión personal, sino para pequeños negocios con capacidad de venta a través de Internet. No podemos decir que en todos los sitios va a ser igual, pero sí garantizamos a los ciudadanos unas conexiones que les permitan acceder a telecomunicación, a telemedicina, a entretenimiento. Una conexión suficiente para disfrutar de los servicios ampliamente de una manera general y uniforme.

–Hablaba antes de la tecnología 5G. ¿Qué es y cómo cambiará el mundo?

–La característica diferencial del 5G respecto a la tecnología 4G es que incorpora computación en el interior de la red. Ya no es solo una tecnología de comunicaciones, sino de comunicaciones y computación. Eso convierte a la red en una gran fábrica de servicios digitales y permitirá tener cosas hasta ahora imposibles como, por ejemplo, conducir desde la red un vehículo autónomo, conducir un dron desde la red o controlar una fábrica conectada. Lo que permite, en definitiva, es prestar muchos servicios profesionales que antes no se podían prestar. El principal impacto del 5G será en el ámbito profesional y no en el personal. Evidentemente, el smartphone va a ir más rápido, pero ese no es el principal impacto. En adelante, por ejemplo, tendremos una red de sensores que podrán medir el medioambiente, la temperatura en fábricas, en vehículos, en palés de transporte. Cosas que no eran posibles con tecnologías previas.

–¿Están preparadas nuestras empresas para absorber todo lo que ofrece esta nueva tecnología?

–En eso estamos trabajando. No solo queremos poner a disposición de los ciudadanos las infraestructuras, sino apoyarlos para que haya una evolución y absorción real de estas tecnologías. Sacaremos un programa para dar ayudas a las pequeñas empresas de cara a que aprovechen esta nueva tecnología y puedan subirse al tren de la digitalización en base al 5G y la fibra. Y también lanzaremos un programa de polígonos industriales y bases empresariales que vamos a transferir a las comunidades autónomas; en Castilla y León, por ejemplo, invertiremos 25 millones a corto plazo.

–La digitalización ha llegado ya a la industria agroalimentaria, tan importante en Zamora, pero se desconoce cómo puede impactar esta nueva tecnología en otros sectores clave como la agricultura o la ganadería.

–Hay múltiples maneras de aprovechamiento que ya se están experimentando en pilotos. Por ejemplo, hay un piloto de recogida de datos de vendimia. Para la planificación, es importante tener datos de cantidad y calidad de la uva que se está recogiendo durante la vendimia. Ahora mismo se recoge en captadatos y estos se consolidan luego manualmente, obteniendo los datos con unas 24 horas de retraso. Algunas compañías vinícolas quieren tener retraso cero y el 5G permitirá obtener todos esos datos en tiempo real. Otro proyecto, por ejemplo, está monitorizando la calidad de campos de lavanda, que son muy sensibles a las condiciones medioambientales. Lo que hace este proyecto es desplegar sensores por el campo que van recogiendo datos para poder actuar sobre los cultivos. Y también hicimos otro proyecto con fondos europeos en colaboración con Brasil para automatizar el cien por cien de las grandes explotaciones agrícolas, que allí son enormes. Querían que las cosechadoras, los camiones y las fumigadoras fueran vehículos completamente autónomos y controlados desde 5G. Eso permite trabajar 24 horas al día siete días a la semana, sin interrupciones y con más precisión, puesto que no son humanos sino sistemas automatizados controlados por ordenador. Todo esto sirve para controlar el punto de recogida, las correcciones que tengan que hacer sobre el tratamiento de los cultivos o planificar la recogida. Son proyectos reales que se están ensayando en este momento. Evidentemente, lo primero siempre es la parte artesana y el conocimiento del campo por parte del experto, pero hay un margen para la digitalización, ser más productivo y complementar esos conocimientos con la tecnología.

–¿Y qué debe pensar ahora el conductor de cosechadora que está leyendo esto?

–Esto es algo que va a venir, así que lo único que podemos hacer es reciclarnos. Cuando llegó la mecanización del campo pasó lo mismo. Antes, el campo se araba a mano con bueyes y una persona, se recolectaba a mano con una hoz y una guadaña. No es algo tan lejano. La mecanización no es algo que pueda verse como una amenaza, sino como un reto. Y el reto es la reconversión. Tenemos que conseguir crear puestos de trabajo y formar a las personas para que se dediquen a otras ocupaciones. La revolución industrial recicló a las personas que tenían un trabajo agrario hacia un trabajo industrial. Ahora, lo que tenemos que hacer es ser capaces de tener una población suficientemente formada y versátil para que pueda acceder a otros puestos de trabajo. Al final, nos guste o no, esto va a llegar. Y si no te subes a este tren, lo único que vas a conseguir es ser menos competitivo. No hay que intentar frenar la realidad, sino correr a su ritmo. El reto es absorber estos cambios de manera que no generen pobreza, sino riqueza.

–Una de las cosas que ha impulsado la pandemia del coronavirus es el teletrabajo. ¿Ha llegado para quedarse o se disipará con la vacunación?

–Ahora hemos tenido un gran pico motivado por la pandemia, pero en adelante vamos a ver una importante reducción. El teletrabajo crecerá progresivamente, pero no hará desaparecer el trabajo presencial. Las reuniones por teleconferencia son estupendas para determinadas cosas, pero cuando son reuniones con mucha interacción o grupos grandes, al final dan una calidad menos adecuada. Vamos a experimentar un crecimiento del teletrabajo, pero para nada va a desaparecer el trabajo físico. La presencialidad tiene elementos que va a costar que se mejoren.

–¿Debe estar este Ministerio de Transformación Digital al mismo rasero que el de Reto Demográfico?

–El Reto Demográfico hay que cubrirlo de múltiples maneras. El Ministerio que se encarga de manera específica está intentando mejorar los servicios y recuperar la economía en esos territorios y nosotros tratamos de extender allí las telecomunicaciones básicas.