Más allá de los mensajes orientados al posicionamiento de Zamora como destino turístico de cara al exterior, el vicepresidente segundo de la Diputación, Jesús María Prada, también deslizó algunas ideas en clave interna para tratar de impulsar una mejoría en la oferta provincial. En este punto, el dirigente del patronato demandó que los ayuntamientos de los pueblos “se impliquen” más en el desarrollo del turismo en sus zonas.

Dos personas degustan las lentejas de Tierra de Campos. | Jose Luis Fernández

“Hay que trabajar por un turismo que sirva para asentar población. Ese es el llamamiento que les hago a los alcaldes”, señaló Prada, que remarcó la importancia de que los dirigentes municipales “pongan en sus agendas el turismo y la preocupación por atraer visitantes a sus localidades”. A juicio del mandatario provincial, “eso generará sinergias y facilitará la apertura de negocios, bares o alojamientos” en esos lugares.

Estrella Torrecilla pasea por las carpas. | Jose Luis Fernández

En ese sentido, Jesús María Prada afirmó que esta es “una asignatura pendiente” y se comprometió a trabajar junto a los alcaldes para tratar de cambiar ese rumbo. Una de las medidas que tomará el vicepresidente segundo de la Diputación para empujar en esa dirección es la apertura de una subvención de 600.000 euros que irá destinada a la mejora de las infraestructuras turísticas en los municipios.

Desde el stand del patronato en Naturcyl, Prada puso, además, algunos ejemplos sobre estas carencias y citó la zona de Benavente y su comarca, donde existen “rutas arqueológicas y restos romanos que se deben potenciar mucho más”. “El llamamiento aquí es directo; hay que convertirlo en un foco turístico y atraer a la gente”, aseguró el político provincial, que indicó que “de poco vale tener ciertos recursos si no se abren, no se cuidan o no se adecentan”.

En cuanto a las potencialidades ocultas de determinadas zonas, Prada puso un ejemplo reciente: “Este mismo año hemos descubierto las cascadas que tenemos, y hoy las está viendo todo el mundo aquí, con los vídeos que estamos proyectando de Abelón, Sotillo o Terroso. Aún hay mucho por descubrir y explotar”, señaló.

En cuanto a la estrategia para posicionar a la provincia, ahora que el COVID parece ir remitiendo de manera más clara, Prada incidió en la necesidad de utilizar el sello “Zamora Enamora” como primer paso: “No podemos elegir una marca en cada mandato; tenemos esta para muchos años y hay que creer en ella”, apuntó el mandatario de la Diputación, que también anunció campañas en medios, acciones en lugares como el Metro de Madrid y una aproximación especial al mercado de Barcelona, tras la “significativa presencia” de visitantes de la capital catalana en distintas zonas de la provincia durante los últimos meses: “Eso hay que explotarlo”, zanjó.

Más allá de las palabras de Prada, otra de las zamoranas que tuvo una participación destacada en los actos institucionales de la feria fue la directora general de Turismo, Estrella Torrecilla, que elogió la apuesta de la provincia por el público orientado a los viajes de naturaleza: “Zamora lleva la palabra ecoturismo tatuada a lo largo de todo su territorio”, comentó la responsable de la Junta,

Además, con la vista puesta en el futuro próximo, Torrecilla abogó por mantener, en otoño, la tendencia de “un verano óptimo”. La zamorana celebró los datos obtenidos “no solo por el turismo rural, que ya se esperaba, sino también por el urbano”.

Villardeciervos ofrece su gran entorno rural y su conjunto histórico

Aparte del stand de la Diputación Provincial, el municipio de Villardeciervos también cuenta con un espacio propio en la feria Naturcyl. Allí estuvo su alcalde, Lorenzo Jiménez, que reconoció que el pueblo tuvo “un gran éxito” en la muestra durante el año anterior y que abogó por repetir esa buena aceptación en base a unos recursos propios que combinan un enclave natural privilegiado y un conjunto histórico atractivo para el turismo. Además, en estas fechas, Villardeciervos se convierte en una zona destacada para la escucha de la berrea: “Recomiendo que la gente venga y lo respete”, deslizó Jiménez, que añadió que el otoño en la localidad se convierte en un goteo de gente ávida de observar la fauna y de contemplar “los paisajes que constituyen un espectáculo muy bonito”. Además, el pueblo se encuentra en un momento dulce desde el punto de vista turístico, después de quedarse cerca de duplicar sus visitas en el mes de agosto respecto al año anterior: “Con el COVID, como no hemos podido salir fuera, se ha mirado más hacia el interior”, explicó Jiménez.