El Consorcio de Fomento Musical inicia el curso con buenas noticias. Las aulas de Trabazos, Bermillo de Sayago, Fermoselle, Puebla de Sanabria, Camarzana y Fuentesaúco volverán a abrir sus puertas después de un año en el que solo Zamora, Benavente y Toro mantuvieron su actividad. La pandemia castigó al medio rural, pero su regreso funciona como símbolo de lo que se prevé como el ejercicio de la recuperación para estas clases de folclore. Así lo indicaron este lunes el dirigente del área de Cultura de la Diputación, Jesús María Prada, y el responsable del consorcio, Pablo Madrid, durante una rueda de prensa que tuvo lugar en La Encarnación.

El propio Prada se encargó de hablar sobre los cursos previstos para este año, especialmente en el centro de la capital, que se mantendrá en su sede actual de la antigua Diputación Provincial. Allí, el consorcio ofrecerá asignaturas de gaita, dulzaina, percusión, pandereta y pandero, flauta y tamboril, lenguaje musical y folclore infantil. El último, para los niños de 5 a 7 años.

Cada asignatura será de dos horas semanales y en días alternos, salvo lenguaje musical y folclore infantil, que se impartirán en una sola sesión los martes o los jueves de 18.00 a 19.00 horas. Además, tal como informó el gerente del consorcio, Pablo Madrid, habrá clases de repaso para antiguos alumnos y se pondrán en marcha “master class” de manera puntual para gente que tenga experiencia con sus instrumentos musicales. Este recurso contará con la presencia de expertos en la materia.

En cuanto a las matrículas, Prada recordó que las inscripciones del año anterior se vieron afectadas por la pandemia, y por ello bajó el número de alumnos apuntados hasta 152. Sin embargo, este año, con la matrícula aún abierta, ya se cuenta con 120 alumnos, por lo que se espera superar las cifras del año pasado, gracias también a la mejoría sanitaria.

En otro orden de cosas, Pablo Madrid anunció que se van a iniciar reuniones con asociaciones de distintos pueblos de la provincia para mantener la danza de palos. “Se trata de cultura inmaterial, que necesita un tratamiento más específico y hay que conseguir que perviva”, explicó el gerente del consorcio, que aclaró que, debido a la despoblación, la tradición en las localidades encuentra serias dificultades para mantenerse.

Por último, en lo referente al aspecto económico, Prada anunció que se va ampliar el presupuesto del Consorcio de Fomento Musical, ya que los monitores que imparten los cursos de música tradicional llevaban “ocho o nueve años” con los emolumentos que recibían congelados. También se van a aumentar las aportaciones a los convenios que se realizan con asociaciones y ayuntamientos de la provincia, con el fin de dotarlos de más medios y llegar al mayor número posible de alumnos. El responsable de Cultura defendió el compromiso de la Diputación con esta formación y reivindicó el “esfuerzo” económico que supone.