Matrícula de honor para el trabajo de fin de máster en Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos en la Universidad de Coruña. Esa fue la nota conseguida por la zamorana Marina García López-Arias gracias a un trabajo en el que se diseñaba un puente sobre el río Duero en la localidad de Fermoselle, cerca de la presa de Bemposta. “Quería hacer algo relacionado con mi provincia y encontré que en Fermoselle se llevaba años pidiendo un puente en condiciones para poder cruzar el río, porque ahora mismo solo cuentan con una carretera autonómica”, justifica la joven estudiante, quien analizó todos los problemas que acarrea la falta de esta infraestructura en la zona. “Hay que cruzar por encima de la presa, existe un estrechamiento de la calzada, se pasa de dos a un solo carril por sentido, las pendientes son de un 20%...”, enumera.

La pasarela que uniría Tres Árboles con el Club Náutico. | Cedida B. Blanco García

Todas esas circunstancias la convencieron para desarrollar en ese punto del mapa su proyecto de fin de máster. “Mi idea era que se pudiera conectar Zamora con la IC5, que es una vía rápida portuguesa que llega hasta Oporto y eso ayudaría a conectar con todo el norte de Portugal”, justifica. Finalmente, se centró en el viaducto, con el objetivo de unir las dos carreteras ya existentes “y dejarlo para que en un futuro se pueda hacer una vía en mejores condiciones para conectarse”, explica.

No era la primera vez que esta alumna se inspiraba en su tierra para realizar un proyecto de fin de grado. “Aunque he vivido muchos años en Galicia, mi familia está en Zamora y voy muy a menudo, así que la conozco muy bien. Cuando terminé Ingeniería de Caminos en La Coruña, centrada en el tema del proyecto de fin de grado, fue cuando comencé a pensar que quería hacer algo en Zamora”, recuerda. Y le vino a la cabeza la pasarela a motor del Club Náutico, en el entorno de Tres Árboles. “Esa isla tiene el acceso muy limitado y la plataforma de la que dispone obliga a que siempre haya una persona pendiente para controlar el paso. Además, suele tener mucha actividad, con torneos de pádel y los socios que van y vienen durante todo el verano, entrando y saliendo de las instalaciones. Por eso se me ocurrió que podría plantear una pasarela peatonal de acero, no muy grande”, resume.

El puente ideado en la zona de Fermoselle, cerca de Bemposta. | Cedida

Las características del puente, con un arco de 240 metros de luz, lo convierten en el más grande con arco de acero —en la actualidad el título lo ostente el de Arcos de Alconétar, en Cáceres, de 220 metros— y una longitud de 830 metros. “Es mixto, con arco y tablero de acero y pilas de hormigón”, detalla. “Su construcción sería complicada, puesto que es un puente con pendiente”, añade, aunque eso no fue obstáculo para recibir la máxima puntuación cuando presentó este año el trabajo, cuyo presupuesto, si llegara a construirse, podría alcanzar los 27 millones.

Una idea con un menor presupuesto que el puente de Fermoselle —de tan solo 1,6 millones de euros— pero con la que también consiguió una matrícula de honor, además de la obtención del premio de la empresa Grupo Puentes, que se otorga al mejor proyecto de fin de grado de La Coruña. “Fue una doble recompensa, la matrícula y el premio. Además, al tratarse de mi primer proyecto, quedé muy contenta”, agradece.

Marina García López-Arias, con el Premio Puentes por su proyecto de fin de carrera. | Cedida

Será en este mes de diciembre cuando sepa si con el viaducto sobre el Duero —que realizó bajo la dirección del mismo tutor— puede repetir éxito y volver a recoger un Premio Puentes o el Nacional del Colegio de Caminos de España.

En la actualidad, la zamorana está completando su formación con un doctorado en Estados Unidos, concretamente en la Universidad de Purdue, en West Lafayette, en el estado de Indiana, gracias a una beca de investigación que durante los próximos dos años la tendrá vinculada al campo de la ingeniería civil, centrándose en los materiales sostenibles, principalmente el hormigón.