Zamora sigue avanzando para sumarse definitivamente al proyecto Arraigo, la iniciativa que pretende conectar a las familias que buscan un acomodo en el medio rural con los agentes que les pueden proporcionar esas oportunidades desde las comarcas. La Diputación, que ejerce como intermediaria en la fase inicial, confirmó este lunes que la idea ha suscitado el interés de 28 pueblos de la provincia desde que se puso en conocimiento de los alcaldes, antes de que terminara el mes de julio.

En concreto, las fuentes consultadas indicaron que ha habido comunicación ya con localidades de Sanabria, Los Valles, Sayago, Tierra de Campos, Toro, La Guareña y Tierra del Pan. Es decir, de distintas zonas de la provincia que acusan el envejecimiento y la crisis demográfica y que suspiran por un asidero que les facilite agarrarse al futuro con un cierto optimismo.

De todos modos, la Diputación aún escuchará durante unos días las nuevas propuestas que vayan llegando desde los ayuntamientos, y es que el plazo para mostrar interés por el proyecto Arraigo permanecerá abierto hasta el 17 de septiembre. A partir de ahí, la propia institución provincial, junto a los responsables de la iniciativa, determinará “dónde se va a implantar” este plan en primer lugar.

Hay que recordar que, en su día, el presidente de la Diputación, Francisco José Requejo, expresó su predilección por dar forma a esta iniciativa en la zona más occidental del territorio, la más castigada por la despoblación. En principio, la fórmula planteada pasaría por una fase de ensayo antes de trasladar el proyecto al resto de los lugares interesados.

En todo caso, por carencia de familias no será, y es que los responsables de Arraigo cuentan con una base de datos de varios miles de personas a las que buscan un encaje real en el territorio. El concepto huye de la simplificación y trabaja por una simbiosis adecuada que garantice que los pobladores hallen el entorno que buscaban y, de paso, aporten valor a ese territorio.

Un “cambio de vida” tutelado para aterrizar sin sorpresas desagradables

El “cambio de vida” que buscan las personas que se inscriben como “urbanitas” en busca de una oportunidad en el medio rural recibe una tutela por parte de los propios responsables del proyecto Arraigo, que pretenden escapar de las sorpresas desagradables y crear a cambio un caldo de cultivo óptimo que convierta la repoblación en un proceso natural para las partes implicadas.

En este punto, los propios ayuntamientos deben ejercer como “aliados esenciales”, de ahí que su manifestación de interés en la iniciativa resulte fundamental antes de emprender cualquier otra acción. Además, Arraigo también cuenta con colaboradores que “conocen en profundidad el municipio y su entorno” y que funcionan como “facilitadores” de información acerca de las alternativas de empleo o la disponibilidad de viviendas.

Precisamente, esa existencia de ofertas de trabajo y de casas vacías también cuenta a la hora de escoger los municipios que más se ajustan a la demanda de unas familias cuya llegada no sería ajena para los vecinos. “Su implicación y amabilidad es clave en la acogida”, por lo que los ayuntamientos les informarían puntualmente de la mudanza de nuevas familias, ese bien tan escaso en algunas comarcas sin juventud.