“Este es un acto de reconocimiento, pero sobre todo de estricta justicia”. El presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, reconoció este lunes el legado que dejó en la región el comandante zamorano Juan José Aliste, fallecido en 2020, y que recibió ayer la medalla a la defensa y atención a las víctimas del terrorismo de la comunidad autónoma a título póstumo. “Fue un maestro del heroísmo”, insistió el exalcalde de Salamanca, la ciudad donde pasó buena parte de su vida este hombre a quien la vida le cambio un 10 de noviembre de 1995.

Aquel día, el comandante Aliste sufrió un atentado a manos de la banda terrorista ETA, que le colocó más de 1.200 gramos de clorato sódico y 800 gramos de multiplicador de alto explosivo en su coche. La deflagración le arrancó las dos piernas a un hombre que vivió el cuarto de siglo siguiente gravemente lastrado por las consecuencias de este ataque brutal.

Lejos de amedrentarle, este episodio entre Juan José Aliste y la banda terrorista ETA logró convertir al zamorano en un auténtico azote de los asesinos. Años después del atentado, el comandante fue uno de los primeros en alzar la voz tras el anuncio de la disolución de la banda en 2019. “Es un paso más en su parafernalia, en su teatro, y tenían que llevarlo a cabo. Así que, ni me lo creo, ni me lo dejo de creer”. razonó entonces.

Esas palabras llegaron tras años de batalla contra el terror después de padecer la crueldad de ETA en su máxima expresión. “Él enseñó a la gente a valorar la vida y a mirarla de frente”, resaltó Fernández Mañueco en un acto con el que se ha querido reconocer “una vida dedicada a defender la libertad y también a luchar contra la intolerancia”. “Ante la violencia homicida y el sinsentido terrorista que nos lo quiso arrebatar, dio a todos un admirable ejemplo de vida y de firme voluntad”, indicó el presidente de la Junta sobre Aliste, de quien valoró la enseñanza transmitida para no rendirse nunca, sacar fuerzas de flaqueza y mantener viva la esperanza gracias a sus convicciones y su carácter.

"Uno de los mayores fracasos del terrorismo"

“Juan José Aliste fue uno de los mayores fracasos del terrorismo etarra”, abundó Fernández Mañueco. “Al querer matarle hicieron de él un símbolo que, con su sola presencia, denunciaba la sinrazón de los criminales; llevó a cabo un infatigable trabajo en defensa de la dignidad, la justicia, la verdad y la memoria de todas las víctimas del terrorismo”.

Del mismo modo, Mañueco insistió en que el comandante zamorano “luchó para que no se perdiera esa memoria en las nuevas generaciones” a quienes a lo mejor el terrorismo “a veces les suena como algo extraño y que no saben que, ante la lacra de ETA, no todos eran iguales”. “No puede haber equidistancia”, subrayó Fernández Mañueco, que dejó patente “que había claramente víctimas y asesinos” y que censuró que hoy, “de manera incomprensible”, esa distinción parece olvidarse por momentos mientras algunos “se empeñan en justificar o blanquear ese fanatismo y esa violencia”.

El presidente de la Junta recalcó, ante la familia de Aliste y ante todas las víctimas del terrorismo, que Castilla y León no las va a olvidar, pues “fueron las primeras defensoras de la libertad y de la democracia actual”. “Siempre serán, seréis nuestro ejemplo y nuestra referencia en la vida”, señaló Mañueco, que apuntó que, con la distinción entregada este lunes, la comunidad quiere reforzar su deber moral con las víctimas del terrorismo. “En esta tierra, nunca estaréis solas”, concluyó.