Leche Gaza ha invertido más de veinte millones de euros en la puesta en funcionamiento de su nueva fábrica en el polígono industrial de Coreses. Unas instalaciones que ya trabajan a pleno rendimiento y que han sido financiadas gracias al esfuerzo de los ochenta socios que forman parte de la cooperativa. Tras su marcha de la capital, la industria afronta un horizonte de expansión con la vista puesta en consolidarse como la primera marca lechera de Castilla y León. Y es que, a pesar de las circunstancias socioeconómicas que ha vivido el planeta en el último año, la central ha conseguido cerrar el ejercicio 2020 con una facturación superior a los 37 millones de euros, lo que confirma su estabilidad en el mercado.

De Zamora a medio mundo...

La cooperativa celebraba ayer su asamblea general en el Hotel Convento I de Coreses para dar a conocer a los socios las cifras del último año y ahondar en los detalles de la nueva fábrica. El director general, Ignacio Quintanilla, ha sido el encargado de presentar unos números que arrojan optimismo de cara al futuro. De acuerdo con los datos aportados por la dirección de la empresa, Leche Gaza ha apostado en los últimos tiempos por una expansión internacional que ha supuesto la llegada de la marca a Sudamérica y la consolidación en el mercado europeo, asiático y africano.

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... sin olvidar el medio rural

No obstante, la industria hunde sus raíces en la provincia de Zamora y por eso busca continuar con su apoyo al medio rural y generar riqueza en su entorno propio. Un plan que entronca con el hecho de que “la base del éxito de la central zamorana radica en el esfuerzo y el conocimiento de sus ganaderos, que viven, invierten y se dejan la piel en los pueblos de la provincia para llevar los mejores productos a la mesa de todos los clientes del mundo”.