Zamora llega a septiembre con las urgencias de siempre. La falta de oportunidades para los jóvenes, el envejecimiento de la población y la falta de servicios aparecen, de nuevo, como colaboradores necesarios de la despoblación, ese problema con tantos diagnósticos y tan pocos tratamientos. Dispuestos a ofrecer las recetas, los responsables políticos inician hoy el curso con el ánimo de tirar hacia arriba del territorio mientras apuntan los tantos de su partido por el camino. El horizonte electoral de 2023 sigue siendo lejano, pero pocos lo pierden de vista.

En todo caso, los éxitos en las urnas pasan, entre otras cosas, por la eficacia en la gestión. De ahí que el líder del PSOE de Zamora, Antidio Fagúndez, tenga entre ceja y ceja el impulso del Gobierno a proyectos como Monte la Reina, la A-11 o la solución política para el problema del vaciado de Ricobayo. En medio de esa tarea, tampoco faltan las reivindicaciones: desde la defensa de la sanidad y el resto de los servicios públicos hasta la pertinencia de conexiones como la Braganza - Puebla. Y otro apunte: llegan los fondos europeos y toca aprovecharlos “con cabeza”. Son “recursos para despegar” y las instituciones “deben estar a la altura”.

Declaraciones de los líderes políticos. LOZ

Por su parte, el presidente del PP de Zamora, José María Barrios, arranca el curso con la voluntad de reforzar la cercanía con los ciudadanos. Después de revalidar su cargo al frente del partido, el político moralino mira al frente con optimismo, con la sensación de que los suyos tienen “el viento a favor” y con la idea de que el 2023 sea el año del regreso de su dominio en la provincia. Mientras, seguirán las reivindicaciones, especialmente hacia un Gobierno al que seguirán “pidiendo cuentas”, y también habrá espacio para la gestión: “Queremos conseguir que la provincia tenga lo mejor posible”, advierte Barrios, que promete “ilusión”.

Desde el despacho de al lado en la Diputación, Francisco José Requejo, de Ciudadanos, pone el foco en “rematar proyectos y mejorar servicios”; también en la necesidad de fijar población para frenar una tendencia que “viene de 1960”. Aquí, el plan estrella es la “silver economy”, aunque tampoco faltará la “beligerancia” para que esa estrategia se vea respaldada por otras medidas de impacto para Zamora. En lo referente al partido, toca “cerrar filas” y “demostrar la capacidad de gestión”.

En Izquierda Unida, Miguel Ángel Viñas también pone el acento en el trabajo diario en el ámbito municipal. El dirigente político apunta que el Ayuntamiento de Zamora ha funcionado en verano y que, con la llegada de septiembre, apretará el acelerador para resolver proyectos como el del parque de bomberos, la nueva piscina o ese “talón de Aquiles” del Banco de España. En cuanto a IU como marca, se avecina proceso autonómico; otro hito clave para ver qué futuro tienen las siglas: “Es un momento muy importante”, reconoce Viñas.

Por último, desde Ahora Decide, partido municipal con gran implantación en el territorio, el ruego para este curso es que las grandes instituciones “cuenten con la Zamora rural”. Para muchos pueblos, es cuestión de vida o muerte.