España es uno de los países europeos con mayor diversidad ganadera, y Zamora destaca como una provincia que conserva hasta cuatro razas autóctonas: la vaca Alistano-sanabresa y la Sayaguesa, la cabra de la Meseta y el icónico asno Zamorano-Leonés, cuatro razas que se encuentran en peligro de extinción y cuya población se concentra en su mayoría localizada a pocos kilómetros a la redonda.

Debido a su carácter de razas minoritarias, la conservación del ADN de estas especies es un objetivo fundamental para la administración, que custodia muestras del patrimonio genético de la ganadería zamorana en el Banco Nacional de Germoplasma, que bajo la tutela del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, constituye la mayor biblioteca de especies en España. A ella se recurre ante desastres naturales o pérdida de diversidad, es, por la tanto, “un elemento de seguridad” en el que a día de hoy se conservan más de 50.000 muestras genéticas de semen bovino, 89.000 en total junto con caprino, equino, aviar y ovino, además de más de 350 embriones de bovino. Y es que si durante el incendio de Navalacruz, en Ávila, hubiera habido bajas de ganado que hubiera puesto en peligro a la población autóctona, el banco de ADN ayudaría a recuperarla y preservarla.

Si durante el incendio de Navalacruz, en Ávila, hubiera habido bajas de ganado que hubiera puesto en peligro a la población autóctona, el banco de ADN ayudaría a recuperarla y preservarla.

Actualmente, tanto la raza Alistana-sanabresa como la Sayaguesa, se encuentran bajo la categoría de razas autóctonas “en peligro de extinción” dentro del Catálogo Oficial de Razas de ganado en España elaborado por el mismo Ministerio. Aun así, es la Sayaguesa la que tiene un mejor porvenir, con un censo en positivo y una calificación “en expansión”, al contrario que su vecina del norte, cuya población está en recesión desde hace décadas.

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Preservar especies es preservar biodiversidad, palabra que tiene un peso clave en la conservación medioambiental, claramente enflaquecida ante el cambio de modelo productor, que ha pasado de pequeñas explotaciones extensivas a grandes ganaderías intensivas. Desde el Ministerio aseguran que el modelo de producción de razas autóctonas “extensivo o semiextensivo” va en línea con la nueva Política Agraria Común (PAC) y el marco verde europeo, aunque de momento, la realidad es que las razas autóctonas son un modelo de explotación minoritario “en peligro”.

En Castilla y León, son 38 las ganaderías que se ocupan de la cría de Sayaguesa, de las que más del 65% se encuentran en la provincia de Zamora. Por su parte, la población de vaca Alistana-sanabresa solo permanece en 27 ganaderías, mayoritariamente todas en Zamora o zonas limítrofes.

Para preservar estas especies –con censos que rondan los 2.500 ejemplares– existe el banco genético, cuyas prioridades estratégicas es el inventariar, catalogar, registrar y fomentar estas razas, de cara a la reproducción para promover la mejora genética.

La reserva genética también puede utilizarse en caso de que se quiera difundir la raza a otro territorio, caso en el que una buena base genética permitiría la implantación de la raza “garantizando la diversidad” y asegurando “su desarrollo”, apunta Fernando Freire, Gerente del Centro de Selección y Mejora Genética de Castilla y León (Ovigén).

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La normativa indica que todas las razas españolas deben incluirse en un libro donde se establecen diferentes niveles de protección. De todas, voluntariamente las asociaciones de razas incluyen en el banco de Germoplasma una serie de material genético de esos tres tipos, semen, embriones u ovocitos. En el caso del ganado bovino de Zamora, son las asociaciones Aecas (Asociación Española de Criadores de la raza bovina Alistana-Sanabresa) y la Asociación Española de Criadores de Ganado Bovino de Raza Sayaguesa las que se encargan de ello.

Es gracias a la colaboración de los ganaderos que cada año se actualiza la cantidad de dosis congeladas, pertenecientes a un número de ejemplares determinados, “para tener una población de referencia que garantiza la diversidad de la raza ante cualquier desastre”, destaca el experto sobre la importancia no solo de preservar, sino de mejorar la especie. Para ello, las muestras de semen, ovocitos o embriones –en función del animal– se conservan en el banco en condiciones de “crioconservación”, es decir, congelados.

Para ello, las muestras de semen, ovocitos o embriones –en función del animal– se conservan en el banco en condiciones de “crioconservación”, es decir, congelados.

“Gracias a la conservación de las razas ganaderas se mantiene la biodiversidad”, explica Freire, y destaca del ganado su papel medioambiental en zonas rurales con riesgo de despoblación, como es sin duda el caso de estas dos especies autóctonas zamoranas. “La explotación fija población rural, la etnografía, la cultura y todo lo que tiene que ver con el medio”, reivindica.

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“El censo desciende”, dice sobre estas especies autóctonas a pesar de los programas de conservación en los que ambas están incluidas. Es por eso que cada año “se incorporan nuevas asociaciones para gestionar las razas que permiten que se extraiga el material genético y se deposite en el Ministerio”, que es el que salvaguarda y garantiza que España continúe siendo uno de los países de Europa occidental con más diversidad genética. La extracción de muestras se realiza en hace en todas las especies, hasta haber conformado un catálogo de ADN con 22 razas aviares, 46 bovinas, 22 caprinas, 6 equino asnal, 21 equino caballar, 51 ovinas, 20 porcinas y las singulares camello canario, conejo antiguo pardo español y conejo gigante de España.

“La mayoría de lo que hay es semen congelado”, comenta el experto, que señala que también hay embriones que en el futuro pueden implantarse “en otra raza receptora”, que sea una buena raza maternal, apunta. “Aunque se implante el embrión en otra raza, lo que hace la madre es gestarlo, tú obtienes el producto final, que es la raza que se quiere potenciar”. Esta técnica se utiliza para exportar especies a países en los que no está permitido el transporte de razas autóctonas vivas, “por lo que importan semen o embriones, se procesa y se manda congelado”.

La desaparición total de estas casi 200 razas autóctonas en España, es, a día de hoy casi imposible, gracias a la biblioteca genética que habita en el Banco de Germoplasma.