Las instalaciones fotovoltaicas son uno de los últimos reclamos que poco a poco penetran cada vez más en las casas particulares ante el eminente ahorro que prometen, aún así, el autoabastecimiento energético puede no ser la mejor opción y acarrear más pérdidas que ahorro.

“No ha habido un incremento significativo de peticiones de instalaciones fotovoltaicas, el ciudadano de a pie está saturado de oferta”, comenta Manuel Puga ante el “tarifazo”, empresario del sector en Zamora, que anuncia que en los últimos años las grandes comercializadoras de energía han desplegado una gran campaña publicitaria para promover el autoconsumo.

“No compensa”, alerta el empresario sobre la mayoría de instalaciones que se están realizando y que tardan, en los peores casos, más de doce años en amortizarse, lo que considera que es “una barbaridad” para familias con facturas mensuales inferiores a los 120 euros. El principal reclamo para el consumidor, es la promesa de “vender” la energía sobrante a la comercializadora, aunque los trámites burocráticos para conseguir la ansiada compensación en la factura de cada mes no siempre llegan, y si lo hacen, el precio del kilovatio está depreciado en relación al mercado.

“Llevan años de campaña para que la gente monte autoconsumo. Con la inversión que hace un particular, generan un montón de energía que compran a precio de saldo. Su finalidad es que el cliente haga instalaciones sobredimensionadas que produzcan muchísima energía más de la que necesita para suministrársela a ellos”, denuncia .

“Tienen información privilegiada”, avisa el empresario, que advierte que en el caso de vivir en un chalet o una casa unifamiliar es muy probable que los propietarios hayan recibido varias ofertas para invertir en energía fotovoltaica. La energía sobrante de la instalación particular se vierte a la red de la comercializadora, que la paga a 5 céntimos el kilovatio en el mejor de los casos, mientras que “al vecino de al lado se lo venden a 22 céntimos”, denuncia el empresario local, que advierte de que la comercializadora se ahorra la producción y transporte de esa energía pues la inversión ya la ha hecho el particular “beneficios del 300%, es un chollo”.

Cientos de usuarios protestan por sus contratos de autoabastecimiento el foro de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) , donde se desprenden comentarios sobre errores en la contabilización de los consumos, facturas hinchadas en los suministros, o espera de meses hasta recibir la compensación por la energía suministrada, un largo etcétera de hojas de reclamaciones y denuncias a las comercializadoras.

“Las instalaciones las llevan autónomos subcontratados”, apunta Puga, que denuncia casos de instalaciones defectuosas a causa de sombras u orientaciones inadecuadas que hacen que la producción descienda y en las que dice, “no hay responsabilidades” de parte de la compañía en caso de que esto genere problemas o pérdidas en el suministro.

A quién sí interesa el autoabastecimiento es a negocios, naves industriales o casas de alto perfil que mantengan consumos “constantes” durante todo el día, estos son los casos en los que una instalación de autoconsumo sí es conveniente, cuando se amortizaría en aproximadamente 4 años. Los pequeños propietarios con recibos de entre 60 a 80 euros de luz, cuyos consumos son intermitentes (una hora de vitrocerámica, otra de lavadora, etc..) no deberían, en opinión del instalador local, invertir en energía fotovoltaica, porque el tiempo de amortización sería muy superior, y podría triplicar el recomendado en el mejor de los casos.