Zamora ha registrado 4.072 casos de coronavirus en los dos últimos meses, el tiempo que ha transcurrido desde que la quinta ola hizo acto de presencia, a comienzos del verano. La provincia ha soportado en este periodo una media de más de 66 contagios diarios y ha tenido que lidiar con una situación sanitaria inesperada, tanto por el avance de la vacunación como por la experiencia del estío de 2020, cuando el COVID tan solo enseñó las garras ya a finales de agosto, cuando el calor agonizaba y el curso ya se intuía.

La llegada de las nuevas variantes, la relajación de las medidas y el incremento de la movilidad crearon a finales de junio un caldo de cultivo propicio para un contraataque del virus que se ha dejado notar especialmente en el volumen de casos. No en vano, los 4.000 positivos largos de este verano suponen más de un 22% de los contagios totales detectados en Zamora a lo largo de la pandemia.

Si se cruza este dato con el de mortalidad, se percibe que los efectos de la vacunación han reducido de forma evidente la letalidad en esta quinta ola. No en vano, aunque los casos registrados en este periodo constituyen cerca de una cuarta parte del total en la provincia, las 21 muertes acumuladas en estos dos meses apenas implican el 4% de los decesos totales, que alcanzan ahora mismo los 458 en el Complejo Asistencial.

Cautela con los datos de fallecidos

En todo caso, aún conviene ser cautos con esas cifras de fallecimientos, y es que los casos se siguen acumulando y las hospitalizaciones no cesan. De hecho, aunque la ocupación hospitalaria de enfermos COVID ha bajado en las últimas semanas, todavía hay pacientes ingresados, y varios de ellos se encuentran en estado grave. La Unidad de Cuidados Intensivos del Complejo Asistencial acoge actualmente a cinco pacientes contagiados de coronavirus.

Así se refleja en los datos de un día en el que, afortunadamente, no hubo que lamentar nuevas muertes en las dependencias hospitalarias de la provincia y en el que los casos se mantuvieron en la línea de jornadas anteriores, con 35 contagios que dejan patente que el coronavirus sigue ahí, agazapado, dispuesto a aprovechar el más mínimo descuido para generar otro brote. De ahí que las autoridades estén insistiendo a la hora de reclamar prudencia en las últimas fiestas veraniegas, focos habituales de casos en los municipios.

Por otro lado, en lo que tiene que ver con los brotes activos actualmente, la cifra descendió ligeramente este viernes, para situarse ahora en 43, con 308 contagios vinculados. Este indicador suele funcionar como termómetro de la evolución de la pandemia en la provincia, por lo que la bajada se puede interpretar como un detalle halagüeño.

En lo referente a la incidencia, la provincia presenta ahora unos datos ligeramente peores que los de la media de Castilla y León, con 287 casos por cada 100.000 habitantes a 14 días y 127 en la última semana. Aun así, Zamora está lejos del territorio más castigado de la comunidad autónoma, que es ahora Ávila, con una tasa de 371 contando desde el 13 de agosto.

Por municipios, Zamora capital continúa en una situación bastante buena, con 136 contagios por cada 100.000 habitantes a 14 días y apenas 52 en la última semana. En Benavente, la tasa a 14 días se eleva ya por encima de 200, mientras que, en Toro, se ubica en 242, aunque las estadísticas de los siete días precedentes permiten intuir una mejora a corto plazo.

Finalmente, en la vacunación, apenas se produjeron avances en las últimas horas, aunque está previsto que sí se dé un gran paso adelante durante la próxima semana, cuando deben recibir la segundas dosis los zamoranos nacidos entre el año 2000 y el 2009.