La época estival es la elegida por la mayoría de los jóvenes para sacarse el permiso de conducir. Las matriculaciones en las autoescuelas a principios de verano crecen exponencialmente porque son muchos los que deciden aprovechar los meses de vacaciones o la vuelta al lugar habitual de residencia para completar este “trámite”. Sin embargo, esta costumbre supone año a año la congestión en la lista de exámenes y con ello problemas en la Jefatura Provincial de Tráfico.

Zamora cuenta con una plantilla de cuatro examinadores para una población de aproximadamente 173.000 personas. A lo largo del año, no existe ningún contratiempo y los exámenes se realizan de manera normal. Sin embargo, el problema llega en estas fechas, cuando la demanda es más alta y los examinadores ejercen su derecho a irse de vacaciones.

La Dirección General de Tráfico establece que cada examinador puede realizar hasta 12 pruebas del permiso B por día. Con este número, en Zamora se podrían realizar hasta 48 exámenes en un solo día. Sin embargo, durante los meses de mayor actividad en la provincia solo quedan dos personas encargadas de sacar adelante todas las convocatorias. Esto supone que ese día solo sean 24 alumnos del total de todas las autoescuelas los que puedan tener la oportunidad de aprobar y conseguir el ansiado permiso de conducir.

Desde las autoescuelas de Zamora manifiestan que durante los tres meses de verano es cuando más trabajan y, de manera contradictoria a su demanda, la capacidad de exámenes se ve reducida al 50%. Explican que se sienten como “verdugos” porque cada profesor tiene que elegir entre todos los alumnos quiénes serán los que se pueden presentar en la próxima convocatoria y quiénes tendrán que seguir esperando.

A principios de este año, la DGT implantó en todas las jefaturas provinciales el sistema CAPA (Capacidad para las Pruebas de Aptitud), un algoritmo que ajusta y reparte la capacidad de examen entre la demanda de las autoescuelas de la zona. Este concepto de “bolsa” acumula a todos los alumnos con el examen teórico aprobado para presentarse a la prueba práctica. Se estima que en Zamora hay actualmente unas 540 personas a la espera de poder realizar el examen de conducir.

Este sistema ha sido bien recibido entre las autoescuelas, que lo consideran bastante efectivo y mejor que otros anteriores. Pero la falta de examinadores vuelve a ser la asignatura pendiente.

La Dirección General de Tráfico de Castilla y León, con ánimo de solventar este problema, reforzó a lo largo del verano la plantilla en algunas de las jefaturas provinciales de tráfico con la incorporación de 11 examinadores. Las provincias que se beneficiaron de ello fueron León, Valladolid, Ávila, Burgos y Segovia.

Las autoescuelas de Zamora creen que sería conveniente suplir las plazas durante el periodo vacacional para que sigan siendo cuatro los examinadores con los que cuente la jefatura provincial y poder seguir sacando adelante un mayor número de exámenes al día.

Esta propuesta se lleva realizando varios años, pero nunca ha recibido la respuesta esperada. Un profesor de autoescuela de Zamora reprocha que son el único gremio al que se le tiene limitado el trabajo. Cuanto más quieren trabajar, más trabas les pone la administración.

No obstante, en las autoescuelas también están de acuerdo en que, durante el resto del año, el servicio que ofrece la jefatura provincial de tráfico de Zamora es “excelente”. Y son conscientes de que en otras provincias la situación está mucho peor y las listas de espera tienen el doble o el triple de personas.

La solución que ofrecen a esto es tener “más o menos la capacidad de exámenes que se tiene durante un año”. Porque ese es el problema de una ciudad despoblada como Zamora. Con el verano, los jóvenes vuelven a casa a pasar las vacaciones y aprovechan el tiempo libre para sacarse el carnet de conducir. Con estos problemas, son muchos los que se replantean si de verdad merece la pena y esperan a empezar el curso para matricularse en una autoescuela de la ciudad donde estudian.

Ellos son los más perjudicados, pero también las autoescuelas de Zamora, a las que no se les permite trabajar todo lo que les gustaría y aprovechar este “boom” del verano para seguir adelante.