Las rebajas de verano, al final ya de la campaña, han pasado por Zamora sin mucha afluencia de compradores. Las ventas distan mucho del volumen habitual de antes de la pandemia, que ha golpeado a este sector hasta convertirlo en uno de los más debilitados a causa de la crisis sanitaria.

Lejos quedan las aglomeraciones que en otros años abarrotaban las tiendas de Zamora en los meses de saldos y descuentos. Las bajas temperaturas y la quinta ola de COVID han sido los factores que han fulminado las rebajas durante las primeras semanas de julio, un pistoletazo de salida víctima de “los factores externos” que condicionaron unas ventas resultantes “muy malas”, en palabras del presidente de la Federación de Asociaciones de Empresario de Comercio de Zamora (Azeco), Ruperto Prieto.

Las bajas ventas de las dos primeras semanas de julio han impactado a un sector debilitado y que “arrastra” problemas más allá de la crisis del COVID, como el apogeo del comercio on-line que desde hace años mina el mercado local y que se ha disparado en los meses de pandemia. Estos primeros días, representaban históricamente el periodo con más ventas, que este año “se han perdido” y que no han conseguido salvarse durante agosto.

El comercio se encuentra en una situación aún más delicada que la hostelería, asegura Prieto, que pide a la administración regional que lance ayudas para potenciar un sector “que crea sinergias en las ciudades y que cumple un servicio fundamental”, además de ser uno de los focos de empleo más importantes de Zamora y de Castilla y León. “Imagina una ciudad sin tiendas, sin gente que salga a comprar”, argumenta sobre el escenario que dejaría la pérdida del comercio en las provincias.

A pesar de las malas ventas del inicio, en agosto ha habido “más movimiento”, explica, fenómeno impulsado por la llegada de las segundas rebajas y la incorporación de mayor variedad. Este aumento de ventas ha conseguido aminorar el patinazo del inicio del verano, pero desde Azeco subrayan que las cifras finales “distan mucho del nivel de actividad de antes de la pandemia”, y aunque confirman que las ventas finalmente “no han sido una tragedia”, insinúan que en muchos casos los comercios no son rentables.

Desde julio hasta el fin de la temporada, las ventas han sido muy progresivas y escalonadas, según han reconocido varios comerciantes locales que esperan a que acabe el periodo de saldos oficialmente para tener los balances finales, aunque coinciden con Prieto en que las rebajas de este verano han sido mucho más bajas en relación con otros años.

Con la llegada del otoño, los comercios esperan que la famosa “vuelta al cole” insufle vida a las ventas tras un verano marcado por la inseguridad de la pandemia. Además de la socorrida campaña, en algunos comercios locales han apostado por otros mercados, como es el caso de la zapatería que regenta Guillermo de la Iglesia, donde confían en que con la próxima temporada de caza – que empieza a partir de octubre– sus ventas se reanimen, pues lejos de vender calzado escolar han decidido especializarse en el calzado para naturaleza, un nicho alternativo que encuentra su público en Zamora y en los visitantes.

Desde Azeco anuncian que en septiembre se reanudarán las campañas “para incentivar el consumo” e intentar recuperar la actividad de antes de la pandemia. Animan al público a ser “sensible” con un sector cuya actividad económica debe mejorar para sobrevivir en las ciudades, aunque reconoce, que para que el comercio zamorano siga a flote, es indispensable que la pandemia llegue a su fin.