Hace una semana que tanto los zamoranos como los cientos de turistas que transitan por la estrecha y empedrada calle de la Rúa de los Francos se frenan en seco para observar un solitario cartel en perfecto estado pegado sobre las puertas de un local aparentemente abandonado. En él se puede leer sobre un rótulo rojo la palabra “desaparecido”, acompañada de una foto y un nombre.

El cartel pertenece a “QSDglobal”, la fundación por las personas desaparecidas sin causa aparente. La alerta por desaparición pertenece a Juan Antonio Gómez Alarcón, visto por última vez en Mijas (Málaga), el 20 de julio de 2010.

Son muchas las preguntas de todos los que se paran, curiosos, a leer el aviso. El interrogante más frecuente que pasa por la cabeza de los viandantes es conocer la relación que tiene el desaparecido con la ciudad y por qué el cartel ha viajado más de 700 kilómetros hasta llegar a Zamora.

La versión más verosímil que daría explicación a esta repentina y llamativa aparición es que algún amigo o familiar haya aprovechado su visita a la ciudad para pegarlo en una de las calles más frecuentadas del casco antiguo.

Gómez era un experimentado espeleólogo y montañero al que hace 11 años se le perdió la pista en la Sierra de Mijas. El joven de 32 años había pasado nueve meses encerrado estudiando para preparar unas oposiciones y tenía muchas ganas de salir a hacer lo que más le gustaba.

Cuando llegó el momento intentó convencer a sus compañeros en este tipo de aventuras, pero ante la imposibilidad de cuadrar fechas decidió salir un par de días solo al monte, como ya había hecho en varias ocasiones.

No llevaba documentación, ni teléfono móvil y apenas un poco de dinero en efectivo. Hasta hoy, continua en paradero desconocido.

En España, a finales del año 2020 había un total de 4.685 denuncias activas por desaparición, según el último informe anual del Centro Nacional de Desaparecidos (Cndes). De ellas, 131 pertenecían a Castilla y León, seis correspondientes a la provincia de Zamora.

A día de hoy, el Cndes solo recoge la denuncia activa de una sola persona. Miguel Fernández García, desaparecido el 2 de septiembre de 2016 en la localidad alistana de Gallegos del Campo cuando salió, como era costumbre, a dar su paseo matinal por el monte.

El 89% de las desapariciones son voluntarias, según la catalogación establecida en el Protocolo de Actuación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad ante Casos de Personas Desaparecidas. Sin embargo, el porcentaje restante supone el sufrimiento de miles de familias que viven con la incertidumbre de no saber qué habrá pasado.

Una ausencia sin motivo deja un vacío irremplazable. La lucha para que los desaparecidos no caigan en el olvido sigue ahí y se visibiliza con carteles como el que ha dejado sorprendido a toda Zamora.