DisCamino es un proyecto que consiste en hacer realidad el sueño de personas con diferentes discapacidades de peregrinar a Santiago del mismo modo que lo hacen los que tienen la suerte de no tener ningún tipo de impedimento físico o mental.

Algunos de los pilotos de DisCamino. | J.L.F.

La iniciativa nació en el año 2009 a voluntad de Gerardo, un muchacho sordo-ciego de Vigo, que acompañado de Javier Pitillas (fundador), llegó a la plaza del Obradoiro y se convirtió en el “peregrino aventurero” que, a pesar de sus limitaciones, había completado por primera vez el Camino sobre un triciclo tándem adaptado.

Un hombre en handbike. | J.L.F.

El 2021 es año santo jacobeo y también año de la esperanza después de todo lo vivido. Con motivo especial, DisCamino ha organizado el “Enlace de Caminos”. Una ilusión que llevaba tiempo rondando por su cabeza y hace una semana se hizo realidad.

Un participante en silla de ruedas. | J.L.F.

Un Camino dividido en siete tramos en el que se enlazan las diferentes rutas jacobeas. Así, los 17 participantes del primer tramo, llegaron el pasado sábado al Albergue de Zamora tras finalizar el Sanabrés desde Vigo.

Ahora ponen rumbo a Mérida por el Vía de la Plata. Una vez allí cogerán el Mozárabe hasta Almería, donde enlazarán con Cartagena para encaminarse en Vía Augusta hacia Albacete. Con la mitad del recorrido a sus espaldas seguirán por el Camino de Levante que los llevará hasta Benavente, y desde Astorga finalizarán con el Camino Francés hasta Santiago.

Pero la aventura no acabará en la plaza del Obradoiro, porque aún les quedará por recorrer un pequeño tramo del Camino Portugués que los llevará de vuelta a su casa, Vigo. Un enlace de caminos de 2.800 kilómetros que recorrerán en 50 días.

“Hacer esto supone una alegría muy grande porque por un lado nosotros estamos viviendo la aventura y a la vez estamos siendo los ojos, las manos o las piernas de alguien que no puede andar por sí solo”, explica Javier Pitillas, fundador y piloto de DisCamina.

“Nosotros trabajamos con dos tipos de personas, las que tienen una discapacidad de nacimiento y siempre han vivido de esa manera y las que en un momento dado de su vida tuvieron un accidente y el modo de vida que llevaban hasta ese momento de manera plena y autónoma desapareció”.

El proyecto ayuda a personas con discapacidades físicas, sensoriales e intelectuales a encontrarse en medio de una aventura que mucha gente sin ningún tipo de problema no se atreven a hacer por miedo a no estar preparada. “Para ellos poder llevarlo a cabo es una ilusión enorme, un motivo para vivir y una forma de superar continuamente los obstáculos que la vida les ha ido poniendo”.

Nada de esto hubiera sido posible sin todos los voluntarios que tras 12 años y 80 Caminos han colaborado en el proyecto. Para Pitillas, lo más importante es poder participar en una aventura en la que hay tantas ilusiones diferentes conjugadas, y en la que entre todos consiguen llevar a cabo un proyecto tan complicado y ambicioso.

Más de 300 personas ya han llegado a Santiago con DisCamino y después del Xacobeo 2021, serán muchos los que hayan visto cumplido su sueño. Después de todo, estos peregrinos dejan clara una cosa: se hace camino al pedalear.