Una caja aparentemente anodina que esconde mil y una historias sorprendentes. Eso es lo que han descubierto los zamoranos este fin de semana en el primer Festival de Teatro Lambe Lambe y Miniatura Mamut, que se ha desarrollado en diferentes espacios como el Museo Etnográfico, la plaza de Viriato y las aceñas de Cabañales. “En estas obras cobra especial importancia la cercanía al público, la complicidad y la confidencia”, aseguran desde la organización del festival celebrado en Zamora.

Son además historias que “enganchan” en tiempo récord, una media de cinco minutos, donde los artistas son capaces de transportar a los espectadores, pegados a la madera de las cajas, a mundos imaginarios y mágicos.

De “enorme privilegio”, calificó durante la presentación de esta actividad cultural la concejala del área, María Eugenia Cabezas, el disponer de estas originales pequeñas grandes obras en la capital, que ofertaron una experiencia “cercana e intensa” a los zamoranos que se acercaron durante todo el fin de semana a algunos de los escenarios donde se desarrolló el festival.

Dos visitantes, atentos a la pequeña obra. Jose Luis Fernández

Las aceñas de Cabañales fue el último de ellos ayer domingo, acogiendo durante la jornada de mañana este muestra de teatro para todos los públicos. En el mismo lugar, además, se pudo disfrutar de un taller de poemas en cerillas, con Julio Fer como maestro de ceremonias, tanto para niños a partir de seis años como para adultos. Y todo ello, con las pertinentes medidas de seguridad.

La esencia de este festival quedará unos días más —hasta el próximo 16 de septiembre— en el Museo Etnográfico de Castilla y León, donde se podrá visitar la exposición “Objetivo paquidermo”, una muestra de fotografía a pequeña escala.