Los camioneros se quedan sin relevo generacional, “hoy es tan difícil encontrar a un profesional que muchas empresas zamoranas tienen una parte importante de su flota parada”. Otras se ven obligadas a devolver vehículos que tienen en rentig, explica el presidente de la Asociación de Empresarios de Transportes de Mercancía de Zamora (Asetramdiza), Pedro Rodríguez.

Y alerta sobre el grave problema generado: “no hay chóferes porque tenemos una situación laboral precaria, cobramos casi la mitad que antes de la crisis”. En esos tiempos, un conductor podía llevar cada mes a su casa un sueldo de entre en 2.500 y 3.000 euros, “no limpios, pero ahora estamos en poco más de 1.000 euros”. Todos estos factores desembocan en que “los precios del transporte suban al no haber camiones suficientes porque escasean los chóferes”. Es la pescadilla que se muerde la cola.

Un conductor se dispone a cenar en su camión. | Emilio Fraile

Esa pérdida de profesionales está generando que un viaje de Zamora a Valladolid que podría oscilar entre los 160 y 180 euros se haya disparado hasta los 300, una situación directamente relacionada con esa escasez de camiones consecuencia de que no hay conductores.

Una vez más, las explicaciones giran en torno a la devastación económica que ha supuesto el COVID. La devaluación de las condiciones laborales de los camioneros: la reducción en más de la mitad del salario mensual; la práctica desaparición de dietas y la caída del precio por viaje, cuyo kilometraje se paga a como esté el litro de gasoil.

“Cuando estaba a 0,80 euros el litro los viajes eran rentables, pero ahora es bien distinto”. El el combustible está en 1,20 euros, cantidad que debería ser lo que se pagara por kilómetro para que ese trabajo fuera rentable, añade el presidente de Asetramdiza. “Un viaje debería salir, cuando menos, a un euro por kilómetro, sin embargo, algunos no salen ni a 0,70 euros. Y por debajo de un euro no debíamos permitir que se pagara. Esto es inviable”. Pedro Rodríguez traduce la situación a cifras: un camión que recorre 10.000 o 12.000 kilómetros consume entre 4.000 y 5.000 litros de gasoil. La conclusión es que “no es rentable”.

El trato que reciben estos profesionales en las tareas de descarga de las mercancías es otra de las causas que alejan a los más jóvenes de este sector, “a veces nos tienen hasta cuatro horas esperando”, un tiempo que nadie compensa al chófer, constituye otra de las desventajas para conseguir que este trabajo resulte atractivo.

El presidente de Asetramdiza denuncia que “nos meten la carga y descarga, eso está muy mal. En grandes superficies a las que servimos nos toca hacer ese trabajo porque no tienen personal en su mayoría, y los chóferes de camiones no quieren, nadie te paga ese trabajo extra y la gente joven no está por la labor”.

Tampoco ayuda que se haya dejado de pagar las dietas por comida, “antes se pagaba unos 47 euros por día, ahora el sueldo ya incluye todo”. Los camioneros se tienen que conformar con cenar o comer sus vehículos “para ahorrar costes porque no pueden pagar, tanto los chóferes asalariados como los dueños”, agrega Pedro Rodríguez que termina sus reflexiones subrayando que “esta profesión es dura”.

Las ayudas a la formación no enganchan a jóvenes

La media de edad de los conductores de camiones zamoranos, entorno a 1.500 en activo, está entre los 40 y 60 años, y parece que será difícil conseguir enganchar a personas de menor edad por el poco atractivo de las condiciones laborales.

Ni siquiera la ayuda que reciben de la Junta de Castilla y León, que paga casi el 75% de la preparación de jóvenes transportistas, ha permitido al sector tirar para ampliar personal en las empresas, explica el presidente de Asetramdiza. Pedro Rodíguez destaca el esfuerzo institucional

Los camioneros han logrado igualmente ayudas para quienes deciden probar suerte como profesionales, en concreto para hacerse con el CAP, el Certificado de Aptitud Profesional que acredita , junto con el permiso de conducción, una formación obligatoria que precisan todos los conductores de camión que dispongan del carné de conducir vehículos pesados, como el C o el D. Se imparte de forma simultánea al permiso de conducir y se debe reciclar cada cinco años, de ahí la importancia de esa ayuda.

Asetramdiza defiende los intereses de 200 socios, que agradecen el pequeño respiro que ha supuesto que se descartara el cobro de 20 céntimos por kilómetro recorrido en las autovías, una medida que habría sido una puntilla más para un sector que ya sobrevive a duras penas. Y que precisa volver a una senda en la que sus profesionales puedan recibir un salario acorde con el trabajo que desempeñan , “muy importante para la sociedad porque si funcionamos nosotros, nadie come”.

El daño de grandes empresas que prestan almacenes

La introducción en este sector de empresas grandes “nos está perjudicando, fastidiado el negocio porque si una bodega no tiene almacenamiento, estas compañías de transporte les dejan almacenes grandes”, el siguiente paso es “quedarse con la distribución de esos productos, así que, ganan en los dos terrenos”. La Asociación de Empresarios de Transportes de Mercancía de Zamora no ahorra críticas hacia estas prácticas que pueden dejar fuera del mercado a los transportistas más modestos, incapaces de poder competir en esas condiciones, asumiendo funciones que no son propias del sector.

El presidente de los transportistas zamoranos, Pedro Rodríguez, se rebela por esa competencia desleal y recuerda que “nosotros nos hemos jugado la vida en pandemia” cuando el COVID azotaba más fuerte, ya que fueron un servicio considerado esencial porque “si paramos cinco días, no come la gente”, insiste, para lamentar que el trabajo no haya vuelto a recuperar el pulso anterior a la pandemia, “no ha mejorado nada, la bebida se ha movido un poco más; este mes de agosto está viniendo bien, los de alimentos sigue igual”, pero aquellos viajes a diario se han convertido en uno o dos a la semana y dentro de la comunidad autónoma, “los que van fuera de Castilla y León son dos o tres profesionales”. Y dando gracias de que “ahora hay más trabajo hay más porque hay menos camiones”.