“En los próximos 10 años, en Castilla y León, se estarán formando menos de la mitad de los médicos de familia que se necesitarán para cubrir las jubilaciones de esta especialidad en ese mismo periodo”. La especialidad, con un ratio de reposición de tan solo el 0,48 es una de las más envejecidas junto con Geriatría. “Un médico de familia necesita once años para formarse”, especifica el presidente del Colegio de Médicos de Zamora, Sebastián Martínez, que advierte que revertir el problema no es cuestión de unos meses.

“Se van a jubilar muchísimos más médicos de los que vamos a formar”, dice Martínez sobre un cuerpo de profesionales que en su mayoría superan los 55 años y que de aquí a diez años no encontrarán su relevo natural.

La mayoría de médicos que se forman en la comunidad autónoma la abandonan una vez acabados los cuatro años de residencia. Este año, de 73 médicos de familia que han terminado la formación en las nueve provincias, solo permanecen algo más de 40, el resto, se han ido a otros lugares a trabajar. Esto deja a Castilla y León con un “déficit”, situación que se agrava en provincias como Zamora, con una gran extensión de zonas de difícil cobertura como la alta Sanabria o Aliste.

“Después de estudiar once años el desarrollo profesional es nulo”, indica Martínez sobre lugares donde las patologías son siempre parecidas y a nivel profesional “no es apetecible”. “Todo el mundo busca su comodidad”, recuerda, y advierte que la falta de servicios en las zonas rurales y la lejanía con ciudades no animan a los jóvenes a trabajar en los pueblos.

“No podemos cubrir las plazas vacantes”, asegura Martínez en una comunidad que en los próximos diez años afrontará un gran problema de escasez de profesionales de atención primaria. Pide más acción en el presente para prevenir un problema del futuro, en el que presagia, faltarán médicos.