El entorno rural zamorano sufre graves problemas de conexión a Internet que hacen impensable navegar a velocidades aceptables en gran parte de la provincia. En verano, con el incremento de población que experimentan la mayor parte de los entornos rurales, las dificultades se han visto multiplicadas y se han hecho, si cabe, más visibles. Con la fibra óptima siendo una quimera en gran parte de las localidades, muchos núcleos rurales no tienen más salida que refugiarse en un ADSL que “va a pedales” o en conexiones inalámbricas que dependen de un buen número de factores y que, como está sucediendo en los últimos días, pierden calidad al incrementarse el número de usuarios que se “engancha” a las antenas.

Así está sucediendo, por ejemplo, en las localidades de la comarca de Sanabria. Con problemas de conectividad durante todo el año, la situación se agrava en verano como consecuencia directa del incremento de población. Los vecinos de la zona, que durante el resto del año sufren una mala conexión, la ven ahora empeorada. Las antenas de la zona, como sucede en todas las localidades, grandes y pequeñas, están dimensionadas para dar conexión a una determinada cantidad de usuarios, que viene a ser la que reside o trabaja ahí habitualmente. Los problemas que en las ciudades se ven en los conciertos y que en Semana Santa son habituales en la capital zamorana se trasladan ahora a los pueblos. Las antenas están pensadas para dar servicio a una cifra de usuarios que ahora se multiplica, lo que se traduce en que al haber más terminales móviles se saturan y trabajan peor.

Son problemas que afectan a los usuarios de a pie pero también a los negocios. Muchos bares y restaurantes del entorno sanabrés ven durante estos días como los datáfonos que utilizan para cobrar con tarjeta no funcionan, lo que obliga a los clientes a abonar en efectivo o, como sucede en algunos casos, a través de la plataforma “Bizum”.

Un adolescente frente a su ordenador. | LOZ

Los mapas de conexión que elaboran las compañías de telecomunicaciones dejan claro que el 3G está ya prácticamente implantado en toda la provincia pero que el 4G tiene todavía mucho camino por andar. Así, puede comprobarse que las zonas con cobertura coinciden con los principales núcleos de población y con las vías de comunicación más importantes. Así, los pueblos que están cerca de carreteras nacionales o de autovías tienen, por lo general, un mejor acceso a Internet que aquellos que se encuentran más apartados.

Más del 17% de los hogares de la provincia carece de una mínima calidad de conexión

Más del 17% de los hogares de la provincia de Zamora no tiene acceso a Internet de más de dos megas de velocidad. Un mínimo que ya hace muy difícil navegar por Internet y que convierte prácticamente en imposible el realizar trámites con la administración pública o disfrutar de alguno de los servicios de entretenimiento online que se ofrecen en la red. Los datos, que emanan del Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital, indican que la provincia está entre las zonas del país con más territorios en sombra. A medida que avanza la velocidad de conexión descienden los núcleos de población que tienen acceso a ella. Los diez megas de velocidad, que ahora se quedarían cortos para la mayoría de las gestiones y usos de Internet pero que fueron marcados como gran objetivo de Europa para el año 2020, aún no llegan a uno de cada cuatro hogares de la provincia. Solo el 73,27% de las viviendas, siempre según datos gubernamentales, navegan con una conexión ADSL de más de diez megabits por segundo. El objetivo de Europa, cabe recordar, era que todos los hogares, independientemente de su ubicación, tuvieran velocidades de conexión de al menos diez megas por segundo el año pasado. Obvia decir que ha sido un objetivo incumplido. La fibra óptica llega aún a menos hogares. Más de la mitad de las viviendas de la provincia tiene una conexión que no entra dentro de la definición del Internet veloz, ese que el Gobierno planea llevar a todos los núcleos rurales antes del año 2025. Los datos a nivel regional tampoco son buenos, pero sí mejores que los zamoranos. En Castilla y León poco más del ochenta y cinco por ciento de las casas tienen una velocidad de navegación mínima, lo que deja al quince por ciento sin más alternativa que las conexiones por satélite. La conexión ADSL de más de diez megas de velocidad llega al setenta por ciento de las casas mientras que el 52%, un poco más de la mitad, puede decir que dispone de fibra óptica en caso de necesitarla. Castilla y León está entre las comunidades con más zonas en sombra.

Las deficiencias afectan también a los núcleos más grandes

Los problemas de conectividad en el entorno rural no son exclusivos de las localidades más pequeñas o apartadas. Vecinos de Morales del Vino y de Moraleja del Vino llevan ya varios días quejándose de una conexión más que deficiente. Los problemas afectan de una forma más importante a los clientes de Movistar y Orange, aunque son generalizados en todas las compañías y persisten, aproximadamente, desde el inicio del verano. El problema llega en el periodo estival, cuando las dos localidades aumentan su número de residentes e imposibilita la comunicación y el teletrabajo. Los vecinos de Morales ya apuntaron en declaraciones a este diario “que tienen que moverse por las habitaciones dentro de la casa para conseguir algo de cobertura” y que “las llamadas llegan con el mensaje de aviso, horas después, además cuando se consiguen realizar es con el mínimo de cobertura y en plena llamada se corta”. La cuestión también afecta a Internet. Los datos, cuentan los habitantes de Morales, que apenas llegan y no dan posibilidad de acceder a páginas web, siendo Whatsapp y otros servicios de mensajería las únicas aplicaciones de las que se puede hacer uso. Las localidades tienen un gran número de pequeñas empresas perjudicadas, sobre todo negocios hosteleros , que después de un año con medidas de seguridad y restricciones por el COVID ahora sufren el problema de cobertura imposibilitando así la realización de reservas.