El acceso a dinero en efectivo es un privilegio que se le niega a cerca de 50.000 habitantes de la provincia de Zamora, cuyos hogares se enmarcan en zonas de auténtica vulnerabilidad financiera. Se trata, principalmente, de los ciudadanos que viven en el medio rural y que han visto cómo desde el estallido de la crisis económica en el año 2008 se han cerrado las oficinas bancarias de sus pueblos. Para ellos, acudir a un cajero automático es una quimera que conlleva recorrer demasiados kilómetros. Disponer de dinero cuesta dinero. Y, lo que es peor, genera una tremenda desigualdad entre la sociedad. No en vano, Zamora ya es el territorio de toda España con menor ratio de población con puntos tradicionales de acceso a efectivo, lo que se traduce en un absoluto retroceso social.

La gravedad de la situación es tal que ha hecho reaccionar al Banco de España, que ha emitido un informe analizando las debilidades del sistema. Un documento en el que se pone negro sobre blanco cómo los zamoranos se están quedando rezagados en materia de servicios financieros y, especialmente, en el acceso a efectivo. De acuerdo a las cifras manejadas por el organismo, la provincia de Zamora cuenta con 279 puntos de acceso al efectivo, aunque solo en 47 municipios. Esto quiere decir que 201 localidades no tienen cajero automático. Y también que el grado de concentración es demasiado elevado, con el mayor número de oficinas concentradas en la capital, Benavente y Toro. En números gruesos, el 27% de los ciudadanos carecen de acceso a dinero en efectivo. Un porcentaje que vapulea cualquier otro registro de cualquier punto del país.

El análisis efectuado por el Banco de España destaca, en el apartado que no debería destacarse, a Castilla y León como la comunidad autónoma con una cobertura menos amplia en esta materia. Y más aún. La provincia de Zamora figura como el territorio que presenta una menor ratio de población con un punto tradicional de acceso al efectivo en un radio de cinco kilómetros, con apenas el 85%. En la España de las dos velocidades, Zamora parece no tener caja de cambios y el Banco de España apunta a “una menor densidad de población y la orografía del territorio” para explicar por qué la cobertura de la red de oficinas y de cajeros automáticos es aquí menor que en el resto de demarcaciones geográficas.

La provincia de Zamora, junto a las de León y Salamanca, concentra la mayor parte de su población en municipios considerados de muy alta vulnerabilidad en el acceso al efectivo. Tal y como indica el informe del Banco de España, se considera que existe un mayor grado de vulnerabilidad en el acceso al efectivo cuando la oferta, medida en términos de puntos de acceso, no se localiza en lugares donde hay una mayor necesidad de uso de este medio de pago. Y ese es el caso de Zamora, donde la mayoría de sus municipios se caracterizan por no contar con puntos tradicionales de acceso al efectivo y cuyos habitantes deben recorrer una distancia media de 9,4 kilómetros hasta llegar al cajero más próximo. Habitantes entre los que predominan los mayores de 60 años y con una renta disponible por debajo de la media nacional. Una serie de variables que terminan por ser eliminatorias para el territorio.

Lejos de mejorar, el Banco de España prevé que la reducción del número de oficinas y de cajeros automáticos continúe en los próximos años, ante el incremento de la digitalización y la búsqueda de una mayor eficiencia por parte de las entidades de crédito. Una circunstancia que convertirá en crónico el problema de acceso al efectivo que ya sufren casi 50.000 zamoranos a fecha actual. El organismo apunta al impulso de soluciones alternativas a los canales tradicionales como complemento al acceso al efectivo, aunque esa alternativa tampoco ha terminado de cuajar en Zamora, por lo que el futuro no es más que una incógnita.

La única certeza, a día de hoy, es que la vulnerabilidad financiera ataca de manera directa a los habitantes de los pueblos de la provincia, que sufren un agravio más frente a la España urbana, con la imposibilidad de disponer de efectivo cuando así lo deseen.

El futuro pasa por los cajeros en comercios, administraciones de lotería y estancos

El Banco de España apunta a “medios alternativos” para que los vecinos de la España rural no se queden descolgados en el acceso al efectivo. “La reducción de las oficinas y de los cajeros automáticos de las entidades de crédito se está viendo parcialmente compensada por un incremento de las alternativas para acceder al efectivo por otros canales”, apunta el informe. Fórmulas que van desde las oficinas móviles hasta los agentes financieros que se desplazan por los diferentes municipios para facilitar el acceso a los servicios bancarios.

Además de estas soluciones, algunas entidades financieras están impulsando el uso de la red de oficinas de Correos como medio alternativo para disponer de efectivo. Junto a todo esto, el organismo apunta a la retirada o depósito de efectivo en establecimientos comerciales, una fórmula “de reciente implementación en España” y que ya está teniendo relevancia en núcleos urbanos. Además, estancos y administraciones de loterías ya comienzan a ofrecer este tipo de servicios.