La Consejería de Sanidad ha anunciado una inyección de 2,2 millones de euros para la provincia de Zamora procedentes de los fondos europeos del Plan de Inversiones en Equipos de Alta Tecnología que servirán para la ampliación y renovación de cuatro equipos diagnósticos y de tratamiento de patologías de alto impacto social. El objetivo de esta maniobra es reducir la obsolescencia del parque tecnológico actual, teniendo en cuenta que se renovarán una treintena de equipos en el conjunto de la comunidad autónoma. Está previsto adquirir dos nuevos aceleradores lineales, 14 TAC, dos equipos de resonancia magnética, siete gammacámaras, cuatro angiógrafos (uno de ellos para neurorradiología) y una sala de hemodinámica, según ha desvelado la consejera, Verónica Casado.

Esta inversión llega en un momento de expansión de gasto en Sanidad. Y es que la crisis del coronavirus ha absorbido en Castilla y León 574 millones de euros en estos 17 meses de pandemia, con previsiones de incremento en mitad de esta quinta ola. Entre marzo de 2020 y junio de este 2021, sólo el gasto en farmacia y productos sanitarios; gastos en atención hospitalaria, conciertos y otros gastos corrientes han consumido 346,29 millones de euros, el 60% de la factura COVID. A estos gastos hay que añadir 30,11 millones en otros tipos de obras y 195,6 millones en gastos de personal, además de 2,1 millones en recetas médicas.

Pese a este esfuerzo, Casado confía en que el presupuesto de Sanidad no se resienta el próximo año, tras situarse en el 7,5% del PIB de Castilla y León, una cifra que superó los objetivos del Plan de Reconstrucción acordado con el PSOE y Unidas Podemos, que se fijó en el 7%. Pese a todo, la Junta reclama una financiación autonómica “justa”, que tenga en cuenta las peculiaridades de Castilla y León, como son la dispersión geográfica y el envejecimiento de la población.