El boom de los pisos procedentes de herencia “está por llegar”, en opinión del tasador judicial José Luis Elizondo. La huella de los fallecimientos por la pandemia aún no ha cogido de lleno al mercado inmobiliario zamorano, que espera que en los próximos meses haya un pico de nuevos pisos en venta procedentes de herencias, que aún se encuentra en cifras normales ante el asombro de los profesionales del sector.

“Todos lo esperábamos”, explica Javier Álvarez, de inmobiliaria Intasa, sobre su sorpresa tras no haber notado un incremento significativo de los pisos procedentes de herencia en el mercado, aunque espera que la oferta “aumente” próximamente.

Desde el fallecimiento hasta la toma de posesión de la herencia pueden pasar –como mínimo– seis meses: a la dificultad de conseguir papeles se le suma que los descendientes suelen vivir desperdigados en otras partes del país. Pueden pasar años hasta que está todo en orden, por lo que las olas de venta llegan con retraso “van a venir muchos pisos, pero la demanda es mínima”, alerta Elizondo sobre un parque inmobiliario que supera con creces la demanda de una ciudad “cada vez más envejecida”, y que empeorará cuando los rastros de la pandemia se acentúen: desde marzo del año pasado, han fallecido en la provincia 735 personas por COVID, y la franja de edad más afectada fue la de mayores de 80 años, que acumula casi el 60% de las defunciones según datos divulgados por la Junta de Castilla y León.

“Un incremento de fallecimientos se traduce en un incremento de pisos de herencia en venta”, apunta Alberto Salas, vicepresidente de la asociación de inmobiliarias de Zamora (AINZA) y agente en inmobiliaria del Duero. Más de una decena de profesionales del sector coinciden en que aunque “ya se ha notado” el aumento, la oferta se disparará próximamente, como respuesta natural a la realidad demográfica que atraviesa la provincia y que se ha agravado tras la crisis del COVID.

Los pisos de herencia tardan en venderse. El precio de salida que marcan los herederos supera en un 15% o 20% la media de mercado, el principal obstáculo que dificulta la venta de estas propiedades, según la experiencia de los agentes locales, de los que algunos incluso detallan bajadas de hasta 30% . Y es que los herederos de los pisos proceden en su mayoría de otras capitales “piensan que el mercado es como en Valladolid o Salamanca”, apunta Elizondo, que cuenta que muchas familias acaban yendo a juicio para tasar las propiedades ante el desacuerdo familiare, litigio que ralentiza aún más la entrada de las propiedades en el mercado. “Siempre se acaba bajando el precio inicial”, comenta el tasador, que cree que los precios están hinchados.

En junio, en Zamora se vendieron 149 viviendas. Lejos de atraer a compradores jóvenes, la mayoría de las propiedades fueron a parar a jubilados procedentes de Madrid o Bilbao, perfil más común de los clientes que buscan nuevos hogares en los que retirarse tras una vida en la diáspora.

La venta de viviendas se dispara en la capital un 217% durante junio

La compraventa de viviendas se ha disparado en Zamora un 217% durante el mes de junio, en relación al año pasado, momento en el que el país abandonaba el confinamiento de la primera ola de COVID. Los datos, divulgados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), señalan un aumento generalizado en Castilla y León, que alcanzó el 82%, ocho puntos más que la media nacional. A pesar de las halagüeñas cifras sobre el papel, los trabajadores del sector se muestran celosos, y no se atreven a calificar como boyante el negocio inmobiliario de la provincia “estábamos tan abajo que a poco que ha mejorado, parece algo”, explica Delmi Gallego, de la inmobiliaria Ibercasa de la capital. En la inmobiliaria Reyna, su gerente, Aurelio de Miguel, cree que los macrodatos de los informes no se corresponden con la situación a pie de calle en Zamora, y en referencia a la subida en más de un doscientos por cien, dice que no sabe “de dónde han sacado esos datos”. Para el tasador judicial Jose Luis Elizondo, las buena cifras de junio son aisladas y corresponden al ciclo de venta que “cada año” se repite en la provincia, explica. “Sobre mayo y junio, el mercado se anima” dos meses en los que la gente de fuera viene a vender los pisos de los familiares. También es cuando más ventas de fincas de recreo y chalets para las vacaciones se producen, uno de los pocos filones activos del mercado inmobiliario local. “En verano todo para, y en septiembre vuelve a activarse”.

Prisa por vender, riesgo y precios cada vez más bajos

Los recién nombrados propietarios quieren deshacerse de los pisos de sus familiares lo antes posible, debido al alto coste de mantener cerrado un piso en la capital zamorana. Fuentes cercanas al sector explican que a los impuestos se les suman los gastos de comunidad, que pueden rondar los doscientos euros mensuales. Cada inmueble suele acabar en manos de varios herederos, que en la mayoría de las ocasiones, no viven en la provincia, ocasiones es los que “hay un descuento”, apunta Salas, que explica que para acelerar la venta lo habitual es renunciar a una pequeña parte por cabeza que no suele afectar mucho en el reparto final de las ganancias, pero sí supone una rebaja del precio final que ronda los dos mil euros. Hasta ahora, el artículo 28 de la ley hipotecaria –que ha sido derogado el pasado junio– también se traducía en una rebaja del precio del inmueble al no permitir que los herederos no legitimarios –hermanos, sobrinos o primos hermanos, entre otros– adquirieran los derechos de la herencias hasta trascurridos los dos años, por si de un posible heredero forzoso apareciera y reclamara. “Riesgo” comenta Salas sobre la compra a herederos no forzosos, por lo que muchos bancos denegaban la hipoteca, y el precio final, era siempre rebajado “durante los dos primeros años” para conseguir la venta, recuerda Sala. Finalmente, el artículo dejará de tener efectos legales a partir de septiembre.