“De Madrid hasta aquí se pone en una hora y cincuenta”. Son las nueve de la mañana del miércoles en los aledaños de la estación de Sanabria Alta Velocidad y los familiares que esperan a los viajeros que vienen de la capital de España comentan los tiempos del trayecto. El tono denota satisfacción. Para muchos, este nuevo recurso ferroviario sirve principalmente para acercar a sus hijos y a sus nietos al hogar, más allá de las perspectivas económicas y turísticas de la comarca.

Algunos se identifican como habitantes de Cernadilla, otros proceden de Hedroso; todos llegan de la zona para recoger a un hijo o a un amigo. Mientras, la conversación sigue girando en torno a los viajes que se pueden realizar desde esta terminal que se puso en marcha el pasado 23 de julio. “Ir a Madrid, te puede costar 80 euros ida y vuelta”, apunta uno de los presentes, antes de que la conversación derive en la venta de la maquinaria agrícola y en una diáfana declaración de intenciones: “Que trabajen los jóvenes”.

Para entonces, en la estación, se están cruzando dos trenes: el que llega de Madrid y el que va en dirección a la capital de España procedente de Galicia. Es hora punta en Sanabria Alta Velocidad y el aspecto del aparcamiento lo deja claro. Ese trajín arrincona los chascarrillos sobre los habitantes de Otero y la inversión realizada en esta infraestructura, y es que el servicio va mucho más allá de la pequeña localidad donde se ubica esta terminal.

El tren a su paso por la comarca de Sanabria. Jose Luis Fernández

De hecho, según los datos de Renfe, durante los trece primeros días de funcionamiento de Sanabria Alta Velocidad, la terminal ha acogido a 661 pasajeros, 360 de llegada y 301 de salida. El 73% de esos 51 clientes diarios iba o venía de Madrid. Si la estación diera servicio solamente a los habitantes de Otero, cada uno de los 30 censados tendría que haber viajado 22 veces en tren durante estos días para cubrir la estadística registrada.

Sin embargo, la realidad es otra. Más que habitantes de Otero, lo que detectan los trabajadores de la estación es una presencia creciente de turistas portugueses dispuestos a ponerse en Madrid en menos de dos horas. “Nos preguntan para ir a pasar el día”, explica uno de los empleados de la terminal, que subraya el paso de ciudadanos lusos como uno de los flujos de actividad principales de Sanabria Alta Velocidad: “Y eso que tengo entendido que la carretera para venir de Braganza es un camino de cabras”, apostilla gráficamente.

A nadie que transite esa vía habitualmente se le escapa que lo que dice el trabajador de la estación es cierto. De hecho, las reivindicaciones a un lado y otro de La Raya sobre la necesidad de contar con una vía digna son constantes y se han intensificado desde la inauguración de la terminal. En aquella puesta de largo con presencia de las autoridades estuvo presente el presidente de la Cámara Municipal de Braganza, Hernani Dias, que clamó por “una conexión a la altura” que no sea una “carreterita”.

Viajeros en la estación Sanabria Alta Velocidad. Jose Luis Fernández

Desde el municipio portugués, la inauguración de Sanabria Alta Velocidad se ha interpretado como un acercamiento a Madrid y “al centro de Europa” que abre un enorme abanico de posibilidades, no solo desde el punto de vista del ocio de sus ciudadanos, sino también del negocio para sus empresas. Hernani Dias lo tiene claro: “Hay que aprovecharlo”.

En esas está también el alcalde de Puebla de Sanabria, José Fernández, que tilda de “increíble” el interés que ha suscitado la nueva conexión ferroviaria entre los ciudadanos del nordeste de Portugal y que apela a la importancia de aprovechar ese escenario para presionar en pos de una solución próxima para la carretera entre su municipio y Braganza. La distancia entre ambos puntos ronda los 40 kilómetros; el viaje en coche puede durar cerca de una hora, dadas las condiciones actuales de la vía.

Más allá de la cuestión de Portugal, Fernández destaca el efecto positivo de la estación de alta velocidad en la comarca: “Esto no es Atocha, ni lo va a ser nunca, pero tiene movimiento”, resume el alcalde y senador socialista, que visita frecuentemente la terminal para comprobar de primera mano cómo evoluciona el flujo de viajeros. En esas ojeadas, el responsable municipal de Puebla ha detectado la apertura de “una ventana” para atraer visitantes también de Galicia y ha constatado las opciones que genera Sanabria Alta Velocidad de cara a consolidar la vida en los pueblos y el teletrabajo. Eso sí, siempre que haya una conexión digna y que “se mantenga y se refuerce la parte sanitaria”.

Turistas en Puebla de Sanabria. Jose Luis Fernández

El ansia de repoblación tras décadas de éxodo ininterrumpido funciona como motor de quienes batallan por la vida en la comarca. Por desgracia para los pueblos, casos como el de Jesús Fernández, originario de Cernadilla y residente en Madrid, son la norma y no la excepción. Él regresa para las vacaciones y su familia le recoge el miércoles a la llegada del tren, tras un viaje “más cómodo y mejor desde el punto de vista logístico”. También destaca las bondades del trayecto Baldomira López, antes de poner rumbo a Hedroso con su marido. Eso sí, reclama un ascensor para eliminar los esfuerzos a la hora de subir las maletas.

A medida que pasan los minutos tras la llegada de los trenes, la estación se empieza a vaciar. Alguna familia se abraza en el aparcamiento, un par de jóvenes reciben con sonrisas a un colega al que le costaba recordar el tiempo que llevaba sin pisar Sanabria y otros dos hombres se disponen a tomar un taxi. Son Julián y Domingo Carrasco, de Jaén. Vienen desde Galicia y aprovecharán su paso para ver Puebla antes de seguir el viaje a mediodía. El turismo exprés también gana con la estación.

En la puerta les recoge Miguel Ángel Fernández, un taxista que ha convertido la nueva terminal en uno de sus centros de operación principales. Tanto él como el resto de sus compañeros procuran estar presentes para asistir a los viajeros que llegan o se van en los ocho trayectos, cuatro en cada sentido, que hacen parada en Otero. “Si mantienen los horarios, la estación es un motivo más para que la gente se anime a venir. De momento, se está notando bastante, pero es agosto”, recuerda el conductor. Toca empujar para que el vacío del invierno no alcance a esta estación.