De la cuesta de enero a la cuesta de agosto. El bolsillo de los zamoranos aguanta, cuesta tras cuesta, los continuos incrementos de precio de algunos productos básicos que traen consigo los últimos coletazos de la pandemia. En pleno verano son dos los productos que han disparado la cesta de la compra: la luz y el combustible para los vehículos. Ambos repercuten de forma directa en el poder de compra de los consumidores.

Por parte, el precio de la luz ha ido escalando sin freno hasta que, en la segunda quincena del mes pasado, alcanzó su máximo histórico con 106 euros por megavatio hora. El mes vacacional por excelencia comienza con la misma tónica, aunque ya no en máximos. El precio del megavatio hora comenzó la semana en más de cien euros y apunta al alza.

La comparación es sangrante cuando se ponderan con las registradas en el mismo periodo del año pasado. La luz casi triplica el precio del mes de agosto del año pasado, cuando arrancó a poco más de 35 euros el megavatio hora. La explicación hay que buscarla en una combinación de factores que encuentra la punta del iceberg en los precios del gas en los derechos de emisión de dióxido de carbono, que cotizan al alza y que lastran el precio de los últimos meses. Hay que sumar una menor contribución de las renovables, motivada por la ausencia de viento propia del verano y por una producción de energía solar que aún es escasa.

Por lo que refiere a los carburantes la situación es similar. Con respecto a los precios de hace un año, cuando ya se había iniciado el proceso de desescalada por el confinamiento del COVID-19, el precio del litro de gasolina es ahora casi un 21% más caro, mientras que el de gasóleo cuesta un 19,5% más. Este incremento en los precios de los carburantes en los últimos meses ha venido de la mano de la recuperación en el precio del petróleo.

Así, el precio del barril de petróleo de calidad Brent, referencia para el Viejo Continente, se situaba este jueves en los 72,59 dólares, mientras que el Texas rondaba los 70,72 dólares, con un descenso de unos dos dólares con respecto a hace una semana. Pese a este incremento, el precio de la gasolina sin plomo de 95 está en España por debajo de la media de la UE, situada en 1,540 euros el litro, y de la zona euro, con un precio medio de 1,594 euros. En el caso del diésel ocurre otro tanto, ya que el precio en la UE es de 1,370 y de 1,396 en la zona euro.

El menor nivel de precios finales con respecto a los países del entorno se debe a que España, pese a las subidas del IVA, a los mayores impuestos y a los gravámenes al biodiésel, sigue contando con una menor presión fiscal, en general, que la media comunitaria.

En Zamora la situación cristaliza en un incremento de precios que afecta de forma más que significativa al bolsillo de los conductores. Según los últimos datos publicados por el Ministerio, que hace acopio de estadísticas cada mañana, el gasóleo A cotizaba en la provincia de Zamora, durante el día de ayer, a una media de 1,364 euros el litro. Es bastante más que en enero, cuando se pagaba a menos de 1,2 euros, y más que en agosto del año pasado, cuando estaba a 1,150 euros.

Llevadas a lo que cuesta llenar un depósito de combustible de sesenta litros las diferencias se vuelven más importantes. Tanto cuando se habla de gasóleo como cuando se trata de gasolina, llenar el depósito cuesta hoy alrededor de quince euros más que en el mismo mes del año pasado.