“Todavía no soy capaz de pensar en las consecuencias de todo esto. Estoy completamente en shock”. Jesús, propietario de la tienda Dynos Informática, entra y sale de su local de 300 metros cuadrados sin saber muy bien por dónde empezar a aminorar el desastre. La inundación de Campo de Marte ha pillado de lleno a su negocio: “Ni sé decirte cuántos ordenadores y cuánto material informático está completamente destruido. Cajas y cajas que estaban posadas en el suelo y que al entrar el agua se han visto inundadas y por tanto han dejado el material del todo inservible”.

Nivel alcanzado por el agua en uno de los locales más afectados de la zona. Hasta 23 centímetros de alto | J. L. F.

Estos son los dos posibles escenarios de obras que se contemplan tras el reventón en Campo de Marte.

Entre la desolación y el asombro, Jesús nos muestra la marca de humedad en las cajas, señal inequívoca de los 23 centímetros de alto que llegó a alcanzar la inundación en su almacén: “Los bomberos estuvieron achicando agua durante dos horas y media. Ahora lo que queda lo estamos sacando a cubos”. De momento quiere centrarse en resolver los daños. Después vendrán las valoraciones que ya se teme que serán cuantiosas: “Nos dedicamos a la venta pero también al mantenimiento de empresas; ordenadores, fotocopiadoras, aparataje de asesorías, gestorías y notarías... También colecciono material antiguo de oficina que por las mismas se ha visto afectado. ¿Quién valora todo eso?”. Jesús se ha llevado la peor parte de este suceso pero no ha sido el único. Miguel, de Saneamientos Ramos Macías tuvo que esperar un día entero para acceder a su tienda: “Mi trapa es eléctrica y como no había luz no podía entrar en el local. Tengo inundada toda la parte de atrás. Aún no he valorado los daños”. El garaje colindante a estos dos locales también resultó afectado con los techos y suelos completamente destrozados.

Seis metros bajo tierra para localizar el punto exacto de la avería

Sobre las 12.30 de la mañana varios efectivos del cuerpo de bomberos se arremolinan en torno a la boca del pozo que ha provocado la inesperada inundación de la calle Campo de Marte. Con un potente ventilador apuntan al fondo del agujero: “Ventilamos el pozo porque no sabemos en qué condiciones está. Hace mucho calor ahí dentro pero no sabemos el ambiente que tiene, si es respirable o no, si hay algún gas o no”. Nos lo explica in situ el jefe de guardia José Luis Calleja. Es uno de los movimientos del operativo de seguridad que se está disponiendo para que dos operarios de Aquona desciendan a la base del pozo y puedan averiguar así el punto exacto y la magnitud de la avería. Mientras el agujero se ventila, al otro lado de la calle dos hombres de mediana edad se enfundan un mono blanco con su casco correspondiente. Un par de bomberos ayudan a cada uno a colocarse un sólido arnés a la espalda. En la boca del pozo ya está instalada una nueva estructura: “Es un torno de rescate para que los operarios bajen asegurados. Tienen que descender por lo menos seis metros y medio” sigue explicado el jefe de bomberos. Anclados por el arnés a la estructura, los operarios se introducen en el pozo lentamente hasta perderse de vista. Llegan sus voces tranquilizadoras desde el fondo mientras la cuerda de la polea sigue girando en sentido descendente. Pocos minutos más tarde el movimiento es el contrario y enseguida tenemos a los dos exploradores en tierra firme, eso sí, manchados de barro por todas partes. Lo que han visto es más o menos lo esperado. Según José Luis Calleja: “ los técnicos dicen que la tubería está muy mal. Así que creemos que va a ser necesario levantar la calle porque además la pieza que hay que meter no cabe por la boca del pozo. Además entre pozo y pozo no sabemos si se ha horadado el terreno. Algo que podría afectar de lleno a la calzada y al pavimento que podrían estar en el aire”. Aquona debe preparar de inmediato un informe de la situación para poner el asunto en manos de los técnicos municipales. El comienzo de las obras será inminente. Campo de Marte recibe luz de nuevo gracias a un transformador pero lo vecinos quieren volver lo antes posible a la normalidad.