Director de Productos y Servicios de Correos en España, Manuel Zapatero nació hace 55 años en Fuentesaúco. Su padre fue el jefe de la oficina de la localidad durante cuatro décadas. De ahí que no fuera extraño que viniera al mundo en el mismo edifico de Correos. “Había que ir a Zamora y a mi madre no le dio tiempo”, recuerda orgulloso la anécdota. Y algo de todo aquello le tocó en su interior, entre cartas y paquetes, porque hoy en uno de los máximos ejecutivos de la empresa estatal.

–¿Qué pasó entre el niño saucano y el ejecutivo de Correos?

–Estudié en Salamanca porque estaba más cerca de mi pueblo. Empecé a trabajar en Correos tras hacer la oposición porque mi padre me hubiera desheredado (risas). Estuve de cartero en Barcelona y después en aquella época los que teníamos carreras, en mi caso Derecho y Empresariales, me pasé 19 años en Caja Postal Argentaria BBVA. Luego fui director de zona y director territorial en Madrid hasta que Correos me volvió a llamar y lo dejé todo, por supuesto. Estaba claro que lo llevo en la sangre y tenía que terminar en esta empresa.

–¿Cómo ha afectado la pandemia a los servicios básicos que prestan, como es el de la recepción y reparto postal o de paquetería?

–Entiendo que como a cualquier sector o empresa de este país, sobre todo en aquellos primeros momentos de incertidumbre, hace más de año y medio. Pero Correos ha sido un actor bastante importante a la hora de ayudar en esta pandemia. En cuanto se pudo se reanudaron los servicios, como esenciales que son y con todas las medidas de seguridad del mundo. Intentamos adaptarnos rápido para abrir las oficinas, aunque fuera durante tres horas al día, y se comenzó el reparto incluso con el confinamiento inicial.

–Correos Market es una de sus apuestas para afrontar el reto demográfico en el ámbito rural. ¿Cómo han respondido los usuarios?

–Muy bien. Es un nuevo plan estratégico muy vinculado al mundo rural para ayudar a lo que se denomina España Vaciada, pero que en mi opinión está muy llena. Yo soy de pueblo y lo que observo es que están llenos de vida y de ganas, pero faltan muchos servicios. Lo que queremos es aprovechar la gran red que tenemos, no solo de oficinas, sino de carteros o de servicios rurales, para intentar llevar cuantos más servicios y productos a la ciudadanía mejor. Y ahí podemos incluir desde firmar acuerdos, como el que tenemos con el Ayuntamiento de Zamora o con las distintas administraciones para que a través de las oficinas o de los carteros rurales los habitantes de estas zonas puedan realizar trámites sin necesidad de desplazarse. Hacemos muchos con la Dirección General de Tráfico y con entidades financieras, convenios para poder pagar tributos y tasas... Y desde el punto de vista de las empresas privadas, cuando todos se retiran de las zonas rurales por criterios de rentabilidad, nosotros lo que tratamos es llegar a grandes acuerdos con empresas y entidades para poder abastecer a los ciudadanos sin que tengan que desplazarse.

–¿En definitiva, el objetivo es aprovecha una infraestructura ya en marcha para modernizarla y renovarse con nuevas prestaciones al ciudadano, no?

–Exacto. Nosotros tenemos algo que considero un bien escaso: 2.400 oficinas técnicas informatizadas, de las que en Zamora hay nueve en Bermillo, Puebla de Sanabria, Fuentesaúco, Alcañices y las cinco urbanas de la capital. Pero también están las llamadas oficinas satélites, 24 en Zamora, y los carteros rurales. Todos esto es lo que queremos aprovechar para llevar a los habitantes del mundo rural todos los productos y servicios que podamos y que necesiten.

–¿Qué papel van a jugar los carteros rurales?

–Nuestro principal objetivo es facilitarle la vida a cuantos más ciudadanos mejor. Vamos a ir informatizando oficinas en los pueblos. Ahora todo lo que el cartero hace lo tramita en una oficina técnica. Y lo que queremos es informatizar estas pequeñas oficinas de los pueblos. En Zamora una de las pioneras va a ser Fermoselle, junto a Coreses y Santa Cristina de la Polvorosa. Zamora, Soria y Teruel serán las primeras provincias del país en este programa piloto tras las pruebas que ya hemos realizado en Sevilla, Cantabria y Málaga. La conectividad será por satélite porque no siempre es posible utilizar la llega la fibra si no llega a la localidad.

–¿Qué se va a poder hacer en estas oficinas rurales informatizadas?

–Todos los trámites que puedes realizar en una oficina normal. Habrá ordenadores, básculas digitales y todo lo necesario para que el cartero no tenga que ir a otra instalación a validar esas gestiones. Se podrá pagar el IBI, recibir dinero en efectivo con entidades que formen parte de la iniciativa o gestiones con la Dirección General de Tráfico. Por supuesto esos carteros recibirán una formación específica y estarán tutorizados hasta que aprendan todo el proceso. En definitiva, que sin salir del pueblo los vecinos puedan hacer una vida más fácil y sin desplazamientos.

–Todos estos avances, ¿no terminarán al final con puestos de trabajo?

–En nuestro caso es al contrario. Queremos digitalizar primero para ayudar a que la gente en los pueblos tenga mejor calidad de vida, y por eso el objetivo es hacerlo en cuantos más pueblos mejor. Ahora hay rurales en pueblos pequeños con menos de 250 habitantes en los que los carteros quizá tienen que recorrer seis o siete localidades. Pues nuestro objetivo es que en cada uno de esos núcleos exista un cartero gracias a la digitalización e informatización de los servicios y ser capaces de generar productos y servicios para los ciudadanos. Antes sí existía prácticamente un cartero en cada pueblo, pero luego la tendencia fue otra y ahora queremos revertir la situación. Correos Market es un ejemplo de ello, una plataforma en la que, entre otras cosas, se da la oportunidad a productores locales a que expongan sus productos y los puedan vender en todo el territorio nacional a través de las oficinas de Correos.

–¿Llegará el día en el que se puedan comprar embutidos en una oficina?

–Por supuesto. De eso se trata. Los embutidos no se encontrarán físicamente en esas dependencias, pero se comprarán allí y un cartero se encargará de llevarlo al domicilio del cliente. Ya hay más de 1.600 productores con 18.000 productos.

–¿También de Zamora?

–De Zamora al menos hay ya más de una veintena de productores locales de mucha calidad. Cuando Correos presentó hace dos años la plataforma participó el grupo folclórico Mayalde, de Zamora.

–Servicios, buenas comunicaciones y el asentamiento de nuevos pobladores son, a priori, soluciones ante la España Vaciada que vemos cómo se desangra año a año. ¿Cree que es suficiente?

–Disponemos de 2.400 oficinas más otros 2.200 puntos de venta que vamos a informatizar. Con la pandemia se ha producido un hecho, y es que muchas personas que pueden hacer su trabajo desde el pueblo o varios días a la semana se han desplazado a vivir a los pueblos. Lo que hemos visto en capitales de provincia es que ha bajado el tráfico en las oficinas urbanas y empieza a subir en poblaciones limítrofes porque la gente se ha marchado a esos pueblos. Si además de eso le proporcionas otros servicios puede ser un importante revulsivo para que los pueblos tengan vida... para que tengan más vida. Yo tengo amigos que teletrabajan y que están en sus pueblos y solo viajan a Madrid una vez a la semana. Estoy convencido de que muchas cosas van a cambiar.

–En la práctica la empresa apuesta por una especie de servicio a domicilio.

–Sí. De hecho ese es el objetivo. Existen 6.000 carteros rurales, de a pie, que hacen varios pueblos a la vez. Con ellos ya hemos hecho un programa piloto y antes de final de año lo extenderemos a todos. Dotaremos a cada cartero de una PDA inteligente y podrá hacer a domicilio muchos de los servicios que se hacen en las oficinas. Al mismo tiempo que lleva las cartas puede realizar otras gestiones sobre servicios y productos, o venderte una caja para que hagas un paquete o pagar un recibo que no tengas domiciliado, por poner dos ejemplos. Esto llegará a Zamora antes de final de año. De ahí que el cartero de toda la vida vaya a ser el más imprescindible del mundo. Sigue siendo una de las personas más queridas porque conoce a todo el mundo, lleva buenas y malas noticias y tienen gran vocación de servicio.

–En el mundo rural la población mayoritaria es de personas de edad avanzada. ¿Recibirán bien tanta modernización?

–Por la experiencia del programa piloto lo que hemos visto es entrañable. Señoras y señores que esperan al cartero para realizar los trámites y encantados. El hecho de que se lo haga el cartero les da confianza y garantías. Es el de toda la vida y es Correos.

–¿De alguna forma Correos se ha tenido que reinventar?

–Sí. Estamos en un profundo proceso de transformación de la compañía porque nuestro producto estrella toda la vida ha sido la carta. Antes era un 95 por ciento y ahora sigue siendo un 65 por ciento aún de nuestro negocio, pero somos conscientes de que va a ir a menos.

–¿Las tradicionales misivas postales son ya casi una reliquia?

–Nosotros, como Correos, tenemos que defender lo postal, pero es verdad que tenderá a ser mínimo. De hecho, las grandes compañías que sustentan esta correspondencia local quieren al final enviar la factura electrónica. De ahí que insistamos en ese valor añadido y en nuestra infraestructura para ofrecer nuevos servicios. Tenemos oficinas, personas, marcas y garantía, y eso hay que aprovecharlo para hacerle la vida más agradable a aquellas personas que deciden vivir en el medio rural. El teletrabajo tendrá su retorno, pero quedarán zamoranos y ciudadanos del resto de provincias que opten por esta opción. Si alguien teletrabaja en un pequeño municipio nosotros queremos estar disponibles para llevarle a su casa todo lo que necesite.

–Desde un punto de vista ya personal, ¿es optimista con respecto al futuro de Zamora?

–Yo voy mucho a Fuentesaúco y me encanta mi pueblo y hago todo lo que puedo por estar allí, pero sí me da pena cuando veo que los vecinos se tienen que marchar porque allí no hay cosas que hacer. Zamora es una provincia como muchas otras que sufren el mismo problema. Por eso insisto tanto en la necesidad de ayudar a los productores locales a poder vender sus productos, llevarles servicios, ayudar en la informatización… ¿Por qué no vamos a ser optimistas? Yo estoy convencido de que el mundo rural tiene futuro.

–Tienen varios proyectos en marcha con el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico. ¿Confían en las opciones que se abran a partir de las ayudas europeas?

–Sí. Hemos presentado veintitrés iniciativas dentro de estos fondos y algunas, como la digitalización de oficinas y carteros, así como la ayuda a las empresas para que haga lo mismo entran en estas propuestas. Queremos que los productores pongan en marcha su página web para que se integren en nuestras aplicaciones y muestren sus productos. No queremos que cierren, sino que por pequeños que sean salgan adelante y creen empleo. Si al productor le va bien contratará a más personas y contribuirá al asentamiento de población.