Lleva ya dieciséis libros editados entorno a una pasión que lejos de apagarse se acrecienta con el tiempo: la vecina Portugal. Como hace cada año por estas fechas, presenta nuevo libro sobre el país vecino aprovechando la celebración del Festival de Fados de la Fundación Rei Afonso Henriques que este año celebra su XIX aniversario. Con esta envolvente música de fondo y mientras disfruta de un día de museos por Oporto, hablamos con este doctor en psiquiatría que no se cansa nunca de mirar hacia el Oeste.

–Dieciséis libros volcando su pasión por Portugal. ¿No se cansa?

–No. Sigo encontrando cosas que contar.

–¿Cómo surgen sus presentaciones en el Rei Afonso Henriques ligadas al Festival de Fados?

–Me animó el secretario general de la Fundación José Luis González Prada a que antes de las actuaciones hiciera estas presentaciones express de las obras que voy escribiendo y ya se ha quedado como una cita anual

–¿Qué obra presenta este año?

–Se titula “Miscelánea portuguesa. Relatos, crónicas y escenas del país luso”, y como bien dice el título su contenido es variopinto. Contiene desde relatos de ficción a recomendaciones tanto turísticas como literarias.

–El primer capítulo se titula y versa sobre el “Fado de Coimbra”. ¿Qué particularidad esconde este tipo de fado respecto al que conocemos mayoritariamente?

–Es un fado que surge en el siglo XIX y está cantado por hombres, universitarios. Cantan al amor romántico de estudiante, a la pena de la distancia de un amor que se va. Y se canta para rondar a las mujeres. Digamos que tiene mucha semejanza con nuestra famosa tuna incluso en la vestimenta porque también van vestidos con capa. El fado que generalmente conocemos tiene su origen en el siglo XVIII y su procedencia es más oscura. Era el lamento triste y nostálgico de las almas descarriadas que surgió en los bajos fondos de ciudades como Lisboa aunque en poco tiempo saltó a los salones aristocráticos y a ambientes cultos y bohemios convirtiéndose en lo que es hoy.

–Hay otros temas en su nueva Miscelánea lusa. ¿Qué nos acerca a ellos o nos separa de ellos?

– Parecemos muy similares, somos vecinos, el idioma parece el mismo... pero en realidad no tenemos nada que ver.

–Sabe usted más de Portugal que de España. ¿Con cuál de sus ciudades se queda?

– Difícil elección. Me quedaría con todas. Cada una tiene su propio encanto. Lisboa además de ser preciosa es una ciudad ágil, Oporto, también preciosa, es una ciudad muy productiva… Hay sitios muy tranquilos que son una maravilla, los jardines portugueses son maravillosos también. Ellos cuidan mucho más lo suyo que nosotros. No son tan apasionados, son más calmados pero tienen un respeto hacia lo suyo y un orgullo de lo suyo que nosotros no tenemos.

–¿Deberíamos mirar más hacia Portugal?

–Deberíamos. Nos han demostrado en las últimas décadas que tienen mucho que enseñarnos desde el punto de vista económico y social. Acabamos de pasar por Póvoa de Varzim, una ciudad maravillosa del distrito de Oporto, cuna del escritos Eçan de Queiroz y estaba repleta de gente, con un ambientazo en la playa y tanta vida...

– Mucha vida… y mucho futuro. ¿Es lo que tiene Portugal?

–Sin ninguna duda. Todo lo que está sucediendo allí tiene muy buena pinta. Y está aquí al lado.