El presidente de la Diputación Provincial de Zamora, Francisco José Requejo, sigue trabajando para impulsar la “silver economy” en la provincia. Esa estrategia se halla en el centro de todo el trabajo que está llevando a cabo el máximo mandatario de La Encarnación desde que accedió al cargo en junio de 2019. La pandemia ha obligado a atender otras cuestiones, pero no ha desviado al dirigente del camino emprendido, un trayecto que tiene un hito en el impulso al parque tecnológico de la Aldehuela, que también estará vinculado a la “silver economy” y que ya va tomando forma.

–El pasado jueves, usted presentó el proyecto del parque tecnológico. ¿Qué pretende conseguir la Diputación con el impulso a estas instalaciones?

–Cuando trabajamos la estrategia “silver economy”, nosotros buscamos cerrar el círculo y atraer empresas que puedan venir a nuestra provincia. Nos surgió la oportunidad de aprovechar unas instalaciones que teníamos un poco abandonadas en la zona de la Aldehuela y optamos por crear un parque relacionado con la “silver economy”. Entonces, teníamos la idea y teníamos que ver cómo llevarla a cabo. Visitamos el parque de Braganza en dos ocasiones, también el parque científico de la Universidad de Salamanca, para hacernos una composición de lugar, y estuvimos estudiando algún parque de la zona del País Vasco para ver cómo eran. A partir de ahí buscamos un diseño que fuera atractivo para las empresas, darle un valor añadido en torno a la “silver economy” y fomentar un ambiente confortable para las empresas. Esa es la idea. A partir de ahí, encargamos a una empresa externa un proyecto para ver cómo podíamos plasmarlo, lo adjudicamos, lo trabajamos y el jueves lo presentamos.

-¿De qué forma se va a plasmar esa idea?

-Las instalaciones van a ser muy modernas, multifuncionales, ecológicas, con materiales zamoranos y, a partir de ahí, hay muchas empresas que se han puesto en contacto también con nosotros, procedentes del mundo de la tecnología. La “silver economy” engloba todo: turismo, cultura, emprendimiento, deportes... Y desde ese punto de partida vamos a darle forma. La idea es adjudicar las obras antes de que termine este año y que el parque entre en funcionamiento el próximo verano. Lo que sí queremos es inaugurarlo ya con las empresas; no ir a buscarlas después. Por eso, estamos haciendo ese trabajo paralelo mientras diseñamos el parque tecnológico. Hemos ido hablando con empresas y creo que, cuando tengamos inauguradas las instalaciones, la ocupación estará en torno al 90 o 95% o incluso lleno ya.

–¿Cuántas empresas se pueden instalar en este parque?

–Nosotros tenemos doce aulas para empresas, también salas multifuncionales, y luego hemos dejado un espacio de unos 200 o 300 metros cuadrados por si viene una empresa y quiere hacer algo a medida. Se ha dejado abierta esta posibilidad. Nosotros ya tenemos contacto con alguna empresa, incluso con alguna firma extranjera que está interesada, y también con proyectos como Latem Aluminium, a quienes les ofreceremos que apliquen parte de su trabajo al proyecto de la “silver economy”. Yo creo que el tema del aluminio encaja en cuestiones, por ejemplo, como los implantes, por lo que les damos la oportunidad de que puedan utilizar esas aulas.

–La “silver economy” funciona como hilo conductor de las políticas provinciales y, en ese sentido, el éxito de la candidatura para lograr un centro de innovación digital europeo supondría un espaldarazo. ¿Cómo va ese asunto?

–En nuestra estrategia, todo gira en torno a la “silver economy”. Estamos trabajando también en los estatutos que va a tener el parque tecnológico, porque queremos que todas las empresas estén adaptadas a la “silver”. Podemos ser flexibles, pero queremos que sea así. En cuanto al centro de innovación digital, presentaremos el proyecto en septiembre y, a primeros de año, nos dirán si estamos dentro. Nosotros tenemos un proyecto muy potente y sólido, que está muy bien trabajado, y ahora depende de Europa. Nosotros somos optimistas. Hemos recabado apoyos en Europa y hemos creado un consorcio muy potente con Indra, Minsait, Cartif o Caja Rural. Se ha hecho un trabajo muy bueno, también apoyado por la sociedad zamorana y sus agentes económicos y sociales, y vamos a ver si conseguimos las cosas.

–La estrategia “silver economy” es muy ambiciosa, pero también costosa y requiere de la colaboración institucional. ¿Se hace necesario el apoyo de fondos europeos?

–Nosotros solos no tenemos la capacidad económica suficiente. Por eso, aspiramos a los 40 millones de euros de fondos europeos. Ya hemos conseguido alguna subvención, como la del sello de calidad para los cuidadores, que es un primer paso, y la Junta de Castilla y León también nos ha dicho que nos va a apoyar económicamente. Además, hace poco tuvimos una reunión con el secretario general para el Reto Demográfico, Francesc Boya, y también nos dijo que querían proyectos permeables y escalables a otros territorios, un tema en el que la “silver economy” encaja muy bien.

–¿Hasta qué punto es importante convencer a todo el mundo de que esta no es una cuestión partidista?

–Esto no se trata de nada partidista; es un proyecto de provincia y creo que hay que aprovechar la debilidad del envejecimiento como una fortaleza. Nosotros hemos apostado por esto, creemos que puede crear puestos de trabajo, asentar población y hacer que venga gente joven a trabajar. Las reuniones con otras administraciones han sido positivas y creo que estamos en el buen camino. Muchas veces, Zamora ha perdido oportunidades por culpa del tacticismo político y yo creo que la llegada de los fondos europeos, que pueden ser un nuevo Plan Marshall, hace que haya que aprovechar la oportunidad.

–Uno de los proyectos concretos que más llama la atención es el que está previsto en Villafáfila. ¿En qué va a consistir exactamente?

Es un proyecto con la empresa Beprevent. Ellos proponen realizar un plan piloto de seguimiento de gente mayor a través de sensores. Nosotros lo aceptamos. Es interesante porque hay empresas del ámbito tecnológico y robótico que se están poniendo en contacto con nosotros. Esto en concreto se trata de monitorizar la rutina de las personas mayores en sus hogares a través de la tecnología. Habrá unos cuidadores que harán un seguimiento, aunque siempre respetando la privacidad de las personas. Va a ser una muestra de unas 50 personas y preferentemente que estén solas. Es un paso adelante que deja claro que las empresas confían en la Diputación. Las conclusiones de este proyecto las presentaremos en noviembre en el congreso “silver economy”. Estamos llegando al final, queremos que Europa nos reconozca como territorio “silver” y a partir de ahí aplicar todas las políticas que queremos poner en marcha.