El vicepresidente de la Junta, Francisco Igea, apuesta por el cierre de parques entre la medianoche y las siete de la mañana para intentar acabar con el botellón, una vez se ha resignado a no poder implantar de nuevo el toque de queda. “Puedo no hacer nada o trabajar con las herramientas que tengo”, indicó el dirigente político, que admitió que su alternativa resulta “menos eficaz”, pero reiteró que es mejor que “no hacer nada”.

Además, Igea reconoció que la medida puede resultar “inocua” en algunos lugares, pero insistió en que la población debe conocer que estas instalaciones están cerradas, por lo que, si permanece en ellas, estaría vulnerando las normas. Además, confió en que los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado se encarguen de vigilar y de las sanciones. Igea insistió en que se presenta la “dicotomía” de siempre sobre la utilidad de las medidas, pero recalcó que la Junta va a “remar con el remo” que tiene y que a su juicio se parece más a “una cuchara”.

TODO SOBRE EL CORONAVIRUS EN ZAMORA