La Unión Europea quiere dejar de hablar de despoblación con los gobiernos y comenzar a hacerlo con los ciudadanos. Una política que ya había avanzado el Centro Europe Direct de Zamora, que gestiona la Fundación Rei Afonso Henriques, y que ahora la Comisión Europea ha plasmado sobre el papel. Se trata de la ejecución de un pacto rural en el que interlocutores locales, regionales, nacionales y de la Unión Europea aporten su experiencia al servicio de los objetivos comunes de la denominada “visión a largo plazo para las zonas rurales”. Un punto de encuentro que ha de servir para fomentar la cohesión económica, social y territorial, y responder a las aspiraciones comunes de las comunidades rurales.

Esta visión a largo plazo para las zonas rurales presentada por la Comisión Europea es una ventana al desarrollo de territorios como la provincia de Zamora, que encuentran en la dispersión poblacional uno de sus principales problemas. Esta visión a largo plazo para las zonas rurales de la UE tiene por objeto abordar esos retos y problemas, basándose en las nuevas oportunidades brindadas por las transiciones ecológica y digital de la UE y en las enseñanzas extraídas de la pandemia de COVID-19, y determinando los medios para mejorar la calidad de vida rural, alcanzar un desarrollo territorial equilibrado y estimular el crecimiento económico.

Mapa de los municipios de España en función de su urbanización. R. D.

El plan de acción

Junto al pacto rural, la Comisión Europea ha dibujado un plan de acción para impulsar un desarrollo rural sostenible, cohesionado e integrado. Varias políticas de la Unión Europea prestan apoyo a las zonas rurales, contribuyendo a su desarrollo equilibrado, justo, ecológico e innovador. Entre ellas, algunas de gran calado en la provincia de Zamora como la política agrícola común (PAC) y la política de cohesión, que serán fundamentales para sostener y aplicar este plan de acción.

Tanto la visión como el plan de acción definen cuatro ámbitos de trabajo en los que se deberán enmarcar las políticas orientadas hacia territorios como Zamora. Lo que busca Europa, en primer lugar, es contar con zonas rurales más fuertes y capacitadas, mejorando su acceso a los servicios y facilitando la innovación. Además, está previsto mejorar la conectividad tanto en términos de transporte como de acceso digital. En tercer lugar, se quiere unas zonas rurales resilientes, preservando los recursos naturales y ecologizando las actividades agrícolas para luchar contra el cambio climático, sin olvidar la resiliencia social, para lo cual se ofrecerán cursos de formación y diversas oportunidades de empleo de calidad. Por último, el objetivo es que estas zonas sean prósperas, diversificando las actividades económicas y mejorando el valor añadido de la agricultura, las actividades agroalimentarias y el agroturismo en estos espacios.

Los interlocutores rurales

La Comisión apoyará y supervisará la ejecución del Plan de Acción Rural de la UE y lo actualizará periódicamente para velar por que siga siendo pertinente. También seguirá colaborando con los Estados miembros y los interlocutores rurales para mantener un diálogo sobre cuestiones rurales. Además, se pondrá en marcha un proceso de «comprobación del efecto local» mediante el cual las políticas de la UE se examinarán desde una perspectiva rural. Se tratará de determinar y tener mejor en cuenta el posible efecto e incidencia de una iniciativa política de la Comisión sobre el empleo, el crecimiento y el desarrollo sostenible rurales.

Por último, se creará un observatorio rural dentro de la Comisión Europea para seguir mejorando la recogida y el análisis de información acerca de las zonas rurales. Así, se conseguirá documentación para fundamentar la formulación de políticas en materia de desarrollo rural y sostener la ejecución del Plan de Acción Rural.

De aquí a finales de este mismo ejercicio 2021, la Comisión Europea se coordinará con el Comité de las Regiones para estudiar las vías hacia los objetivos de la visión. A mediados de 2023, la Comisión hará balance de las medidas financiadas por la UE y los Estados miembros que se hayan llevado a cabo y programado para las zonas rurales. Un informe público, que se publicará a principios de 2024, determinará los ámbitos en los que es necesario mejorar el apoyo y las finanzas, así como el camino a seguir, sobre la base del Plan de Acción Rural de la UE. Los debates en torno al informe contribuirán a la reflexión sobre la preparación de las propuestas para el período de programación 2028-2034, según el calendario previsto.

Un mejor reparto geográfico para los servicios y el empleo

Lo que busca la Unión Europea con este pacto rural y posterior plan de acción es contribuir a un mejor reparto geográfico de los servicios y las industrias. Tal y como se desprende del documento de la Comisión Europea, alcanzar los objetivos de las ambiciones digitales de Europa para 2030 “puede brindar más oportunidades para el desarrollo sostenible de las zonas rurales más allá de la agricultura, la ganadería y la silvicultura, al crear nuevas perspectivas para el crecimiento de la industria manufacturera y, especialmente, de los servicios”. Algo necesario si se tiene en cuenta que la edad media en las zonas rurales suele ser mayor que en las zonas urbanas.

Cuestión que, sumada a la falta de conectividad, el subdesarrollo de las infraestructuras, la falta de oportunidades de empleo y el acceso limitado a los servicios, hace que las zonas rurales resulten menos atractivas para vivir y trabajar. El anuncio de la Comisión Europea sobre la creación de esta visión a largo plazo para las zonas rurales constituye el primer paso hacia unas zonas rurales más fuertes, mejor conectadas, resilientes y prósperas de aquí a 2040. El Pacto Rural y el Plan de Acción Rural de la Unión Europea serán los componentes clave para alcanzar esos objetivos. En definitiva, se trata de ofrecer una solución a territorios que, como la provincia de Zamora, viven presos de la despoblación.

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