Es el más elegante de los cantaores. Por su porte distinguido parece más bien un galán de cine. En sus espectáculos aparece siempre enfundado en trajes impecables que le sientan como un guante, como hechos a medida. Aunque lo que se ajusta perfectamente a sus hechuras es el cante jondo de su tierra.

A este gitano guapo nacido en la Plazuela del Barrio de San Miguel en Jerez de la Frontera no le falta detalle. Ni el pañuelo impoluto en la solapa, ni el quejío justo por soleares.

Esta noche llenará el Patio del Ramos Carrión con su arte que de casta le viene. Le acompañará otra grande al micrófono, Felipa de Moreno. Al toque Pepe del Morao y a las palmas de Manuel Vinaza y José Rubichi. Casi ná.

– ¿Qué podremos ver esta noche en Zamora?

–Llevamos un recital flamenco tradicional. Los cantes más expresivos de Jerez como la bulería y la soleá en toda su esencia.

– ¿Qué tiene el flamenco de Jerez que no tiene ningún otro?

– Yo creo que lo bonito es que es muy distinto. Jerez tiene un punto de salvajismo en el cante oral que se ha transmitido de padres a hijos. Es la honda tradición de un pueblo.

– Usted viene precisamente de una de las sagas artísticas más importantes de la zona…

–Yo vengo de la familia de los Méndez que entre otros artistas tiene a La Paquera de Jerez en su árbol genealógico. Era prima hermana de mi padre. Una de las más grandes que ha dado mi tierra y el mundo. Tengo algunos recuerdos de ella en el tablao de Barcelona o en las casetas de la Feria de Jerez. Aunque por edad desgraciadamente la conocí muy poco.

– ¿Qué tiene usted de La Paquera?

–Yo lo que intento es basarme en su obra pero no copiarla. Honrarla con mi arte, acordarme de ella. Era un referente importante en nuestro cante. Pero para mí no es el único. Tengo otros como Terremoto, Tío Borrico, Chocolate, por supuesto Caracol…. No querría olvidarme de ninguno porque son muchísimos y todos excepcionales.

– ¿El cante jondo es el flamenco más puro?

–A mí me gusta más hablar de flamenco clásico tradicional que de flamenco puro porque como decía Camarón, lo puro cada uno lo lleva dentro haga lo que haga.

– ¿Recuerda cómo fueron sus comienzos?

–Yo llevaba cantando desde niño, por el entorno familiar en el que me he criado, pero no lo hacía en público porque era muy cortado. Hasta que un día un amigo me animó a cantar en una peña de Jerez y a partir de ahí comenzaron a salir contratos y ya no paré. Me llamó Gerardo Núñez y con él he estado recorriendo el mundo entero, por todos los continentes. He podido sacar mis discos y mis actuaciones adelante… así que muy contento.

– ¿Cómo se vive el flamenco fuera de España, cómo reacciona ante él el resto del mundo?

– Tiene muchísima aceptación y el público muestra un respeto increíble. Son impresionantes las ovaciones y la gente puesta en pie. Así que te puedo decir que merece la pena dedicarte a esto y viajar para verlo. Es muy gratificante.

– ¿Conoce la Zamora flamenca?

–He estado varias veces y hay una afición increíble. Y un amor a Jerez muy especial. Se nota que han escuchado flamenco del bueno. Por allí han pasado grandes referentes, gente increíble. Los zamoranos saben mucho de flamenco. Son uno de los públicos más exigentes.