Pasear por las inmediaciones de la Plaza de Viriato a las 4 de la tarde y toparse con un coche de caballos “aparcado” a la puerta del Parador no suele ser habitual. Lejos de ser una alucinación, ese carruaje tiene dueños y están sentados unos metros más allá, a la sombra de los plátanos de la plaza, tomando un refrigerio. Se llaman Francisco, Miguel Ángel y Manuel. Son tres arquitectos jubilados, procedentes de Cáceres, Burgos y Toledo respectivamente. Amigos desde la adolescencia, planifican casi todos los años una aventura juntos. Y la de este año no puede ser más especial. Hace trece jornadas salieron de la Ermita del Cristo del Valle situada en Tembleque, Toledo, rumbo a Santiago de Compostela por el Camino Mozárabe más conocido como el Camino de Levante. Después de atravesar tierras toledanas y también la provincia de Ávila recalan en Zamora para continuar por la Ruta de la Plata aunque no saben muy bien qué les deparará el destino: “De aquí a Orense o a Santiago hay muchas cuestas y con este aparato es complicado” dice Manuel, el que lleva las riendas. Sin prisa pero sin pausa pretenden ganarse el Jubileo el mismo día de Santiago, el próximo 25 de julio, aunque son conscientes de que ya van retrasados.

Los tres peregrinos ,acompañados de un amigo, aparcaron durante un rato su carruaje en el Parador. | LOZ

Buscan aposento para sus caballos y para ellos en cada parada del camino y hasta ahora no les ha ido mal del todo. En Zamora ya tienen finca para el reposo de los equinos pero para el suyo aún no se ponen de acuerdo. Manuel quiere descansar en un convento. Francisco prefiere el Albergue de Peregrinos y Miguel Angel si se puede un buen hotel.

Les quedan 16 jornadas por delante hasta abrazar al Santo. Sus cuadernos de viajes van tomando forma entre relatos y dibujos. Buen camino, peregrinos.