El 28 de junio hubo tres contagios de coronavirus en Zamora, al día siguiente fueron 27, al otro la cifra se dobló, a 58, y el 2 de julio se triplicó: 189 nuevos infectados en un solo día. En la última semana se han contagiado a 813 personas en Zamora (una media de 116 diarias). Debilitado por las restricciones, el virus, seguramente ayudado por la hiperinfecciosa variante Delta, se vio de repente en campo abierto, con las aglomeraciones de personas que tanto le gustan, muy juntas y sin mascarilla, en locales de ocio y fiestas de todo tipo. Y creció y se multiplicó: batió el récord del pasado verano, cada infectado contagiaba a casi seis personas (5,89 de media), el porcentaje de positivos en las pruebas PCR aumentaba sin parar (uno de cada cinco test encuentra un contagio) y el rastreo de los contactos se hacía poco menos que imposible.

Desparramado por toda la provincia, el coronavirus más juvenil, el que provocó las “fiebres del sábado noche” fue saltando a las familias, incrementó la incidencia hasta los 682 casos por cien mil habitantes y tensionó la Atención Primaria, que no da abasto haciendo test a jóvenes y familiares, aunque por fortuna está llegando atenuado al hospital.

Las cinco olas de la pandemia del coronavirus en Zamora L.O.Z.

Pero no ha sido hasta este jueves cuando la administración ha empezado a reaccionar. Por ejemplo con el cribado masivo previsto para este domingo en Ifeza para jóvenes de 14 a 29 años. O con las limitaciones al ocio nocturno, con cierre a las 2 de la madrugada y limitación de aforos.

“Hay miedo. Nosotros no hemos tenido ningún foco de contagio, pero no nos podemos arriesgar”. Establecimientos de ocio nocturno de Zamora, como Selvatika, han decidido echar el cierre ante la situación de la pandemia entre la juventud y hasta que no se pueda garantizar de forma absoluta que se pueden controlar los contagios. Además el mismo empresario ha decidido no mover este verano por los pueblos su espectáculo Selvatika: “No te puedes arriesgar a juntar a miles de personas, porque de fiesta y bebiendo siempre corres el riesgo de que alguien acabe por incumplir las normas, quitarse la mascarilla y no guardar las distancias de seguridad”.

En otros casos el cierre de este tipo de establecimientos se debe a las limitaciones de horario impuestas por la Junta de Castilla y León, que impiden el desarrollo del negocio en toda su plenitud e incluso alguno ha optado por cogerse unos días de vacaciones y bajar por unas jornadas la trapa del local.

La mitad de los bares de Los Herreros están cerrados, sobre todo los enfocados a un público más de fiesta, en algunos casos por detectarse positivos entre los camareros o dueños y en otros por el miedo a una pandemia que está desatada en Zamora. Uno de los empresarios de la zona explica que uno de sus bares está abierto y funcionando con normalidad, pero otro, enfocado más a la noche, todavía no ha retomado su actividad. “Estamos trabajando con normalidad, extremando las precauciones, con control de temperatura, todo el mundo sentado, le gente tiene que esperar a que les acomodemos…”

No obstante se ha notado un evidente “bajón de gente en la calle. El viernes por la tarde noche estaba vacío, cuando siempre suele haber gente en movimiento en esta calle. La mitad de los chavales están confinados y la otra mitad no sale por miedo. Habrá que esperar 15 días a que pase la tormenta”.

“Nosotros ponemos todas las medidas, luego está la responsabilidad individual. Y no solo hay que poner el foco en las inspecciones a la hostelería, a lo mejor hay que meter mano a los botellones y las fiestas en domicilios y locales particulares”, opinan los hosteleros de Zamora con los que ha hablado este diario.

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